Toluca, Edomex; 28 de agosto de 2019.- Desde que declinó por Delfina Gómez Álvarez en la elección por la gubernatura estatal, el cacique del PT en el Estado de México, Óscar González Yáñez no había tomado tanta notoriedad como ayer en la Cámara de Diputados Federal. El exalcalde de Metepec, pensando que estaba en una reunión privada, pero que era difundida por Facebook, expresó la necesidad de regular los medios de comunicación que le son incómodos, para cerrarle el paso a la derecha rumbo a la elección intermedia de 2021. Óscar fue desmentido más tarde por su propia bancada en San Lázaro; e incluso por la Secretaría de Gobernación que encabeza Olga Sánchez Cordero.
El desatino no terminó ahí. González le reclamó a Mario Delgado un desdén en su alianza política en la Legislatura Federal. Y adelantó que el PT no regresará un solo peso de sus prerrogativas partidistas al Instituto Nacional Electoral como lo ha planteado López Obrador. Abrumado por los exabruptos de González Yáñez, el coordinador de Morena en San Lázaro le pidió un receso, mientras le aclaraba que su intervención había sido difundida en redes sociales.
No es la primera vez que el excandidato a gobernador se viraliza producto de sus yerros como diputado federal. Hace casi una década, el entonces legislador Luis Videgaray le tomó una fotografía dormido en su curul, y la exhibió en sus redes sociales. Pocos recuerdan alguna iniciativa, un posicionamiento o alguna acción relevante de Óscar, y todo apunta que en esta nueva Legislatura ya ha marcado su talante dictatorial para controlar y someter a los medios de comunicación. De la comisión legislativa de transparencia que preside poco se sabe.
En el corto plazo, se puede anticipar una disrupción de esa alianza política entre el PT y Morena, que se agudizará en el Estado de México. Las ambiciones personales de Óscar y de su grupo, buscarán una mayor toma de decisiones en los espacios de poder que comparten: el Congreso Mexiquense, Ayuntamientos y el reparto de otros cargos de poder político. En la pasada elección, el PT fue sobrevalorado, y ahora Morena no cederá a los chantajes petistas.
El colmo, que parece un chiste mal contado: Óscar piensa que puede ser candidato a gobernador de una alianza de izquierdas para 2023.
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Los excesos de la 4T en algunos ayuntamientos transitan por el ejercicio del gasto público. Alcaldes que asumen el presupuesto como dinero propio para mantener privilegios, gastar con derroche y pagar compromisos políticos. Reniegan del priísmo, pero tal parece que aplican la premisa hankista de “un político pobre es un pobre político”. Prevalece la opacidad en el manejo de los recursos donde la autonomía municipal es interpretada como impunidad, bajo una circunstancia que parece innata al poder político, en la que “todo lo que se paga con dinero es barato”.
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