Toluca, Edomex. 24 de julio de 2016.- Este martes, Enrique Peña Nieto visitará de nueva cuenta el Estado de México. Se trata de su gira 51 como presidente de México por la entidad mexiquense. Su presencia se intensificará en los próximos meses, con víspera a la elección de gobernador de junio entrante. El peñismo advierte que el Estado de México deberá ser el bastión electoral, para mantener la hegemonía del Grupo Atlacomulco, y ser el epicentro político en su intención por retener la Presidencia de la República. Origen es destino. El peñismo pretende aquí reinventarse para ganar las elecciones de 2017 y 2018.
A pesar de la obsesión que traen muchos aspirantes para lograr la ansiada candidatura priísta a la gubernatura mexiquense, en el orden de prioridades de Enrique Peña transitan otros elementos: su cuarto informe de gobierno; el segundo aniversario de Ayotzinapa; la implementación de la Reforma Educativa; los ajustes en su gabinete. Los tiempos políticos tienen su espacio, y hasta entonces la valoración dependerá de variables electorales, afectos personales y consensos de élite. La decisión se tomará en Los Pinos, de eso no hay duda.
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Una investigación periodística surgida desde el Estado de México, pretende revelar las “verdaderas” razones sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. En el libro denominado “La Guerra que nos ocultan”, bajo la autoría de Francisco Cruz, Félix Santana y Miguel Ángel Alvarado se establece una conexión entre el caso de los normalistas con la operación de multinacionales mineras que realizan un saqueo hasta ahora oculto sobre lo que llaman “cinturón de oro”, que va desde Tlatlaya, en el Estado de México, hasta Mezcala, en Guerrero, por yacimientos secretos de titanio y uranio.
Detrás de la operación de las mineras, existirían crímenes extrajudiciales, la violación a los derechos humanos, la destrucción de evidencias y las investigaciones amañadas, las cuales argumentan los autores, amenazan con la estabilidad social del país. Lo que prevalece, como un acto sistemático de la crisis institucional del país, es la impunidad con la que operan estas empresas, con el cobijo de autoridades locales y federales.
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La recomendación que pesa sobre el Sistema DIF Municipal de Toluca por la muerte de una menor en la estancia infantil de este organismo durante diciembre pasado, apunta con firmeza a la otrora directora de la institución, Isabel Guadarrama Sánchez. La carrera política de Isabel Guadarrama ha sido atropellada y desacertada, quien se encumbró como administradora de la Casa Estado de México en el sexenio de Arturo Montiel, cuando era encargada de comprar la despensa del exgobernador.
Guadarrama Sánchez transitó desapercibida como directora del Instituto de Investigación y Fomento a las Artesanías. En el sexenio peñista, fue nombrada directora de asuntos metropolitanos para el Valle de Toluca. Tan desafortunado fue su encargo, que la oficina de Desarrollo Metropolitano en la capital mexiquense cerró sus puertas. Con Eruviel, se despidió del gobierno mexiquense, para fungir como directora del DIF en Toluca en la gestión de Martha Hilda González Calderón. Pese a la recomendación recibida por la Codhem, hoy Isabel Guarrama se desempeña como titular del Instituto Municipal de la Mujer.
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