Toluca, Edomex. 19 de junio de 2014.- Carlos Iriarte no llega con una varita mágica a la dirigencia estatal del PRI. Dada la proyección electoral del priísmo para el año entrante, el costo político que podría asumir el exalcalde de Huixquilucan es altísimo, donde el reto es ganar la mayoría en las legislaturas federal y local. La disputa por algunos municipios, prioritariamente urbanos, ya se da como una pelea pérdida. Las encuestas son muy adversas.
Con la unción de Iriarte –montielista de cepa-, no hay que perder de vista a Miguel Sámano –el exsecretario particular de Arturo Montiel-, quien ocupa la secretaria técnica del Consejo Político, pieza angular en la designación de candidaturas. Iriarte y Sámano caminaron juntos en el sexenio montielista, y construyeron junto con otros actores, las candidaturas de Enrique Peña a gobernador, y el sueño fallido presidencial de Montiel. El destino los ha vuelto a reencontrar, de cara al 2015, y quizá rumbo al 2017.
El PRI en la estructura del poder, es una oficina más del gabinete, la más importante en tiempos electorales. Hasta el pasado lunes era ocupada por un hombre cercano a Eruviel, pero ante la impericia política de Domínguez Rex se decidió removerlo, y remplazarlo por alguien de más confianza al presidente Enrique Peña, y de hechura montielista. La maquinaria electoral deberá comenzar a funcionar a tope antes de que finalice el presente año.
A pesar de que León Gálico Korenfeld fue nombrado alcalde de Huixquilucan, en próximos días el gobernador Eruviel Ávila, formalizará la propuesta a la legislatura mexiquense de nombrar a José Reynol Neyra González –actual secretario del ayuntamiento- como presidente municipal sustituto. Reynol es uno de los hombres más cercanos a Carlos Iriarte y su permanencia representa el control político al interior del Ayuntamiento.
El enroque de Isidro Pastor a la secretaría del transporte, empoderará al otrora controversial dirigente del PRI mexiquense durante el montielismo. De estar en la insignificante y casi inoperante secretaría de desarrollo metropolitano, ahora se encargará de poner en práctica su operación política en el “pulpo camionero”, que en tiempos electorales funciona como un brazo articulador de la maquinaria priísta. Isidro puede convertirse en un peligro acechante para sus adversarios políticos, y está de regreso, más ahora que nunca.
Por su parte, Raúl Domínguez, incorporado al gabinete eruvielista como premio de consolación, podrá retozar en la secretaría de desarrollo metropolitano, y en un golpe de suerte encontrarse con algún cargo de elección para el año entrante. Ahora sí tendrá tiempo para dedicarse de lleno a su organización sindical, su prioridad personal, familiar y profesional.
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