Ricardo Moreno **
A pesar de todos los esfuerzos que han realizado durante los últimos 24 meses las diversas dependencias del Gobierno del Estado de México, la popularidad del Gobernador Alfredo del Mazo continúa estancada y su administración como una de las peores evaluadas en el país.
Diversas encuestas que se han publicado recientemente por Massive Caller, El Financiero, incluso, Mitofsky, concuerdan en que la aprobación del mandatario mexiquense ronda el 35% y ello lo coloca en los últimos lugares dentro de los gobernadores del país.
La política de comunicación social no acaba por cuajar y permanece el gasto desmedido en este rubro sin que se vea reflejado en la percepción en la ciudadanía, pues la presencia del gobernador es casi nula. En el gobierno no existen políticas públicas ni políticos que se dirijan al público. En realidad, dentro del gabinete no hay quien se coloque al frente y posicione los temas propios de la administración, lo que ha dañado significativamente la percepción ciudadana.
La estrategia de no hacer nada para evitar cometer errores, le está pasando la factura al gobernador y a su partido. El PRI, otrora poderoso y sin adversarios fuertes, ha desaparecido, pues entre la población, según todas las encuestas se encuentra en un segundo lugar, muy lejos de Morena que liderea en todos los estudios de opinión.
Sin duda que la suerte electoral del priísmo está echada. Con o sin alianza quien sea candidato del PRI tendrá que quitarse la pesada losa que significa la pésima percepción del gobernador Del Mazo, y además la del propio PRI que no cruza, por mucho, su mejor momento.
Es claro que por eso han decidido adelantar los tiempos y dar “banderazo” de salida a todos los aspirantes en una estrategia desesperada que traerá consigo consecuencias negativas, pues en la medida que avancen estas aspiraciones las posibilidades de acuerdo se reducirán y la posibilidad de que el gobernador pierda el control de la sucesión son reales ya que se encuentra plenamente debilitado en la percepción ciudadana y al interior de su partido.
Las alarmas están encendidas y no encuentran quién y cómo las apaguen. Ni el PRI ni el Gobierno convencen. No tienen idea ni programa. No tienen una personalidad que haya destacado ni que se haya posicionado. Sin duda, en breve veremos quienes serán los primeros en abandonar el barco.
El desánimo de los ciudadanos hacia este partido, traerá consigo importantes consecuencias, pues a ello hay que sumarle la difusión de audios de este líder nacional Alito Moreno, que desde la pasada campaña a la gubernatura, quiso ganar el estado de Campeche a cómo diera lugar, posiblemente derrochando recursos, como sin nada más importara.
El tricolor no puede perder de vista el desánimo que está ocasionando el actuar de quienes representan a este instituto político en los estados, mucho menos en el caso del Estado de México, por ser ésta una de las más importantes entidades en nuestro país.
