Toluca, Edomex. 29 de enero de 2019.- La dinastocracia se sigue robando el escenario. Alejandro Peña Pretelini cumplió 21 años el pasado domingo. En redes sociales, ha circulado una foto del festejo, donde destaca la presencia del cantante Luis Miguel. El expresidente Enrique Peña reapareció en la plataforma digital para felicitar a su muchacho. Algunos lo tundieron, los menos le aplaudieron. El peñismo, siempre criticado por la frivolidad, vuelve a la escena pública en el periodismo rosa que tanto le fascina.
Pero lo que no deja a dudas la fotografía, es la cercanía permanente entre Enrique Peña y Luis Miranda, que ha traspasado a la generación de sus hijos. En el festejo cumpleañero, Alejandro Peña es flanqueado por Luis y Santiago Miranda, hijos del diputado federal y exsecretario de desarrollo social, quienes en sus redes sociales también le dedicaron mensajes de afecto al hijo del expresidente. La relación personal, casi familiar, entre Enrique y Luis se remonta a casi 25 años; de ahí la incidencia que mantiene Miranda en el Estado de México.
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La presencia de Nino Canún en la conferencia matutina de Andrés Manuel López Obrador se robó la nota de ayer lunes. Y en algunos sectores de la clase gobernante del estado, dolió la insolencia del conductor televisivo, ante el arrojo de asegurar que Peña le pidió a Nino ser su jefe de prensa en la transición presidencial. La escena, para la élite política, resulta impensable dada la relación y la confianza ganada por años entre Peña y David López, a la postre jefe de prensa en la primera mitad del sexenio atlacomulquense.
Algunos sectores de la prensa oficialista, beneficiados en el sexenio peñista, salieron a la defensa de David. Y ahí, secundaron algunos comunicadores cercanos al chilorio power, que hoy con Del Mazo en la gubernatura sienten las condiciones para regresar por sus fueros, y desplazar palmo a palmo a los últimos resquicios del eruvielismo, apoltronados en Televisión Mexiquense.
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Cada lunes, Alfredo Del Mazo encabeza la reunión de seguridad del Estado de México, donde se evalúa la estrategia de paz que emprenden coordinadamente con el gobierno federal. Allí, se determinar tareas entre las fuerzas de seguridad. A dos meses de haber arrancado los encuentros semanales poco se sabe de los avances y los resultados. Sólo prevalece el testimonio fotográfico y de las redes sociales. Hace falta una mayor rendición de cuentas hacia la sociedad que padece de la inseguridad, todos los días, en el último rincón del estado, y sin distingo de horarios.
El mayor desafío del estado, es la incidencia delictiva, reconocen los tres ámbitos de gobierno: federal, estatal y municipal. El robo es el delito que más afecta, pero no es el único. Las ejecuciones y los feminicidios registran un crecimiento sostenido en los últimos diez años. Y de ahí: las violaciones y los secuestros, como delitos de alto impacto son inaceptables. Las cifras no se pueden ocultar y no merman en 15 meses de gobierno delmacista. La criminalidad tiene consecuencias en el tejido social, la estructura económica y la gobernabilidad del estado.
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