Toluca, Edomex. 27 de noviembre de 2015.- La consignación penal Arturo Escobar como delincuente electoral en su calidad de exdirigente del Partido Verde, vulnera los pactos político-legislativos que permitieron a esa franquicia partidista encumbrarse en el poder. Muchos priístas, hoy enfundados en la camiseta del Verde, ocupan posiciones de privilegio. Mexiquenses advierten en ese golpe al Verde el riesgo de su futuro político, o bien, valorar su renuncia al partido infractor para regresar a las filas priístas.
La senadora María Elena Barrera Tapia y el diputado federal por la capital del país Jesús Izquierdo son dos personajes de amplísima cercanía a Enrique Peña, que hoy se han visto trastocados por la exhibición judicial a Escobar. El Partido Verde es un partido que actúa al margen de la ley, o fuera de ella, según las acusaciones que han defenestrado a Escobar de su cargo como subsecretario de Prevención del Delito, y de paso, por si le faltara, han tenido impacto sobre el titular de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Las imputaciones penales no son casuales, pero tienen amplío sustento si se consideran dos factores rigoristas: el titular de la Fepade, Santiago Nieto -es un hombre cercano a Peña- pero sobre todo un conocedor de la ley electoral, en tanto que fue magistrado de la Sala Regional Toluca. Su jefa, y quien autorizó proceder contra Escobar, Arely Gómez -hermana del directivo de Televisa, Leopoldo Gómez-, ocupó durante gran parte de los gobiernos panistas, la oficina titular de la Fepade. Nieto y Gómez si algo saben es el dominio de la ley electoral, y las acusaciones parecen muy sólidas contra Escobar.
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El brote de corrupción que ha perseguido al gobierno peñista no cesa. Una nueva grabación involucra a José Andrés Oteyza, directivo de OHL, quien presume su cercanía con el director de Pemex, Emilio Lozoya. A través de Lozoya, el experimentado Oteyza se habría vinculado con el director de CFE, Enrique Ochoa, para ganar un contrato en marzo pasado por 7 mil 396 millones de pesos. Oteyza presume de su tráfico de influencias a partir de un exempleado de OHL: Emilio Lozoya.
Con prontitud, Pemex desmintió cualquier intervención o injerencia de Lozoya en la adjudicación de contratos de una empresa que le es ajena, en este caso CFE. El comunicado emitido por Pemex rechaza la presunción soberbia de Oteyza, pero está claro que aunque no se mencione oficialmente, entre Lozoya y OHL, existe un profundo conflicto de interés como exempleado de la empresa.
Pero lo más grave no está en su desmentido sino en sus omisiones. Es ahí donde la línea trazada a favor de OHL desde Petróleos Mexicanos tiene un tufo de corrupción irrebatible. En 2013, el primer año de ejercicio de Emilio Lozoya, otorgó a OHL una serie de contratos a través de Pemex Refinación, por un monto que rebasa los 2 mil 398 millones 427 mil 277 pesos por tres contratos. El dato más revelador consiste en que hasta antes del gobierno peñista y la gestión de Lozoya, jamás OHL había sido proveedor de Pemex, en tanto que su experiencia en el sector energético no parece la más desarrollada.
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