Toluca, Edomex. 23 de abril de 2015.- En las campañas electorales, las cosas no marchan del todo bien incluso para los candidatos que van de punteros. En las redes sociales han salido a relucir videos de cómo Alfredo del Mazo es increpado por la población de huixquiluquense, que le reclama su falta de resultados como alcalde. El candidato a diputado federal pasa de largo, pero está claro que el ambiente para su proselitismo no es el más propicio ni el más favorable, para quien además aspira a ser un tirador a la gubernatura en 2017.
El caso no es aislado. Ya también le pasó a López Obrador, quien recibió reclamos de su propia militancia, frente a la imposición de candidatos del Morena en el Estado de México. No fue un complot sino resultado de inconformidades internas en su partido de reciente creación. El desgaste de poder les cobra factura a todos. El tabasqueño se mantuvo impávido, y con más experiencia que convicción, pudo salir adelante. Sin embargo, el incidente marcó, al menos, ese acto de campaña en tierra mexiquense.
Sin distingo de partido, color o ideología, la población está harta de la clase política. La campaña de quienes aspiran a ser diputados locales, y vienen de ser alcaldes, podría resultar contraproducente. Los “chapulines” están entrampados por un alto descrédito. El mensaje es claro: desconfianza, hartazgo, repudio, incredulidad. Hay elementos para que las campañas simplemente no conecten con la población, y sólo alejen de las urnas a un electorado decepcionado y enojado con la situación del país.
Faltan siete días para el arranque formal de las campañas electorales locales, pero la mayoría de los partidos políticos están en trabajo de campo. Los candidatos a presidentes municipales ya se han reunido con liderazgos políticos, sociales, económicos, para generar el mayor número de simpatías. Sin hacer mítines públicos, se vienen desarrollando reuniones privadas, en tanto que los diputados federales ya llevan casi 20 días de campaña. Una ley mal planeada ha obligado a actuar al margen de ella, de nueva cuenta, y no hay posibilidad de sancionar dicha conducta.
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Eruviel Ávila ha eliminado la difusión gubernamental como parte de la veda electoral desde el pasado 5 de abril. Sin embargo, Ávila mantiene una presencia cotidiana y su respectivo impacto mediático. El lunes anunció programas para apoyar a bailarinas de centros nocturnos y el martes presentó iniciativas para imponer penas más severas. Ayer acompañó al presidente Enrique Peña en un acto celebrado en Tecámac. El mandatario mexiquense hace campaña un día y al otro también, aunque su difusión oficial permanece en descanso.
Lo que hace Eruviel es simplemente cumplir la ley a medias. En paralelo, la campaña del PRI mexiquense está encaminada a presumir los logros sociales del gobierno eruvielista, esos mismos que la ley electoral prohíbe promocionar a Eruviel. Lo mismo hablan de becas, que de la tarjeta efectiva, con la intención de posicionar la imagen del gobierno vinculada al proselitismo priísta. Por muchas quejas que preparen los partidos ante el órgano electoral, las cosas permanecerán igual. Sin prisa y sin cambios.
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