Toluca, Edomex; 22 de marzo de 2021.- Pasada la elección, el gobierno que encabeza Alfredo Del Mazo tendrá la consigna obligada de evaluar al menos cuatro estructuras encaminadas a demostrar su efectividad en la rentabilidad electoral para su partido, y en general para su proyecto de gobierno en la entidad.
Una primera estructura de valoración, es el tradicional gabinete regional, creada desde los tiempos de Ignacio Pichardo, que perfiló una mayor tarea electoral en el sexenio montielista. A cargo de los secretarios del gabinete, cada uno conlleva una responsabilidad en distintas zonas geográficas, y que tienen una relación política con alcaldes y la ejecución de programas gubernamentales.
La segunda estructura, son los comisionados ejecutivos, un rol de actores políticos que fueron puestos en funcionamiento en junio de 2019. Trabajan bajo las órdenes de Raúl Domínguez Rex, y tienen presencia en las 20 regiones en que se encuentra dividido el estado. En determinada toma de decisiones, han tenido un mayor margen de maniobra que los gabinetes regionales; también han ejercido diversos programas sociales de aplicación transversal.
Su propósito es que las acciones y apoyos que emprende el gobierno tengan una mayor cercanía con las familias mexiquenses, y eso se traduzca en una mejor evaluación del gobierno estatal, y mejores dividendos en la votación de junio.
Una más, es la estructura de Procura, vinculadas directamente con las gestoras sociales y beneficiarias del Salario Rosa. Una estructura que se dice apartidista, pero que tiene vínculos institucionales con el subsecretario Eduardo Flores Marín, quien a lo largo de tres años ha enfrentado un desgaste por parte de alcaldes, compañeros de gabinete y dirigentes partidistas, por operar el programa en agravio de los priístas. Con la distribución de casi 400 mil tarjetas del programa insignia del gobierno, parece inminente la búsqueda de rentabilidad electoral.
Y finalmente, la estructura de activismo priísta. La tarea que deberá ejecutar la dirigencia del PRI estatal, y que enfrenta el desafío de hacer campaña para panistas y perredistas, en aquellos municipios o distritos en los que cedieron las candidaturas de la elección. Al final, es la maquinaria absolutamente responsable de los resultados de junio entrante con la intención de mejorar lo hecho en 2018.
Lo realizado en los últimos tres años en materia de programas sociales, desarrollo de obra pública y apoyos estructurales de cualquier tipo, tiene como propósito obtener una opinión favorable del gobierno en turno. Y la mejor evaluación que pueden tener los votantes sobre el mandatario se traduce en el sentido de su voto.
El gobernador Del Mazo podrá evaluar el funcionamiento de sus estructuras, la noche del 6 de junio.
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