Toluca, Edomex. 15 de abril de 2015.- La realidad topa de frente al maquillaje de las autoridades. Aunque con estadísticas se cansan de presumir una baja en la incidencia delictiva, los hechos desnudan una cruenta criminalidad que no cesa. Tan sólo ayer se reportaron seis ejecuciones vinculadas con la delincuencia organizada: tres ocurrieron en Toluca y otras tres se registraron en Atizapán de Zaragoza. El fracaso más profundo y preocupante para el gobierno de Eruviel es la inseguridad que padece la entidad.
Es cierto que a Eruviel no le han dejado el control político del estado. Desde el año pasado le mandaron a José Manzur, Damián Canales y Alejandro Gómez, para supuestamente poner orden en la descomposición que existía. A doce meses de distancia, las cosas siguen igual o peor. El desgaste político que han generado al gobierno eruvielista parece innecesario. En el caso de Canales y Gómez no sólo muestran torpeza sino desconocimiento del Estado de México.
Otros cambios que le enmendaron la plana fue la llegada de Arturo Osornio a Desarrollo Social y de Carlos Iriarte al PRI mexiquense. De Osornio está clara que su operación electoral, en tanto que hoy ni por equivocación puede asegurarse que haya más pobres que el año pasado en la entidad. Para Iriarte, las cosas no parecen pintar positivamente: entre la arrogancia y la impericia, asumió el cargo interino de dirigente del PRI, y de facto, se pensó en el futuro gobernador, y en ese autoengaño sigue entrampado de cara a las elecciones de junio.
Paradójicamente, Eruviel parece el menos responsable de los escenarios desoladores para el Estado de México y su causa. La sociedad no puede estar a expensas de improvisaciones en materia de seguridad, pero los tumbos que ha tenido el proyecto eruvielista por decisión personal o imposiciones, hoy pagan una factura costosísima en medio de una incidencia delictiva sin freno. Por si fuera poco, la percepción de inseguridad que proyecta el estado, pega en el corazón político, social y económico de la tierra del presidente Enrique Peña.
En lo político – electoral, el saldo se advierte incierto, ya sea por la paridad electoral o por el desgaste de gobierno que sufre el partido en el gobierno. Eruviel tiene que demostrar su músculo político desde ahora por bien de su futuro político. Por desgracia para su causa, mucha de la operación se dejó en manos ajenas a su confianza. No resulta sorpresivo, que el trabajo fino lo venga realizando su exsecretario de finanzas, pero todavía poderoso, Erasto Martínez. Ahí están los afectos, las confianzas y las lealtades de Eruviel, depositadas para el éxito electoral de junio.
Hasta ahora, las campañas electorales de los diputados federales no parecen conectar lo suficiente con los votantes. Lo que prevalece es el hartazgo, la desconfianza y el repudio con la clase política. Las campañas de alcaldes y diputados locales, que se desarrollarán por un periodo de 35 días, deberían ser milagrosas para revertir la tendencia de alto abstencionismo, y también, una alta dosis de voto de castigo para quienes hoy ostentan el poder tanto en Los Pinos como en el Palacio de Gobierno.
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