Ciudad de México. 12 de junio de 2019.- Horacio Duarte se ha consolidado como el mexiquense más influyente en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. El exalcalde de Texcoco se ha integrado al plan de migración acordado con los Estados Unidos, y que estará coordinado por el canciller Marcelo Ebrard. El subsecretario de Empleo será responsable de acercar distintos apoyos a los migrantes que se encuentren en la frontera norte en espera de repuesta a su petición de asilo en Estados Unidos. Entre otras cosas, Duarte buscará opciones de empleabilidad para los migrantes deportados a territorio mexicano.
La operación política de Horacio lo ha posicionado en dos estrategias prioritarias para Andrés Manuel: el programa de jóvenes construyendo el futuro y el plan de migración puesto ayer en marcha. Duarte ha logrado posicionarse en lo mediático, y buscará capitalizar en el futuro sus vínculos con el primer mandatario. La elección por la gubernatura está a cuatro años, pero el subsecretario de Empleo podría tener su primer desafío en las elecciones intermedias de 2021, y buscar acercarse a los votantes mexiquenses.
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La construcción del tren México – Toluca sigue siendo una incógnita. El gobierno federal se resiste a inyectarle mayor inversión pública al proyecto ferroviario del sexenio pasado. Lo ven como un capricho peñista para conectar a su tierra con la capital del país. En el imaginario de López Obrador advierte que es una obra semejante al aeropuerto en Texcoco, donde impera la corrupción, los sobrecostos, los negocios y beneficios para unos cuantos y el impacto ambiental negativo; pero asume que en este caso por el grado de avance resulta improbable cancelarlo.
Ayer, el gabinete de Andrés Manuel, a través de Alfonso Romo y Carlos Urzúa, abrieron la posibilidad de que el sector privado invierta en la conclusión del tren México – Toluca. La señal es muy clara, el presupuesto público se destinará de forma preferente a los proyectos de infraestructura de Santa Lucía, Dos Bocas y el Tren Maya. Ahora, se buscan alternativas para una obra inconclusa que nadie quiere asumir, pero que en el abandono en que se encuentra también representa un daño patrimonial.
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Ayer se cumplieron 162 días de los gobiernos municipales. Sin embargo, en algunos ayuntamientos no les sale muy bien las cuentas. En el gobierno de Zinacantepec, efectuaron el informe de los 100 días de la presidenta del DIF local, Marisela Pardo Vallejo, una situación a la que no está obligada pero que se hizo de manera muy desfasada. El evento debió retrasarse por más de dos horas ante la falta de convocatoria, y en un acto que inicialmente se había programado para más de mil asistentes, apenas se pudieron reunir 200 invitados, con una gran presencia de funcionarios municipales.
A marchas forzadas, personal del DIF municipal debió retirar sillerío y dejar más de la mitad del salón de eventos vacío, y concentrar a los asistentes al centro del recinto. La improvisación en algunos gobiernos municipales se pone en evidencia frente a circunstancias tan banales. Lo cierto es que, en casos como Zinacantepec de manera muy anticipada el alcalde Gerardo Nava se ha desgastado, y distanciado de la población. Por ello, desde las cúpulas de Morena, se viene tejiendo una reprimenda a su actuación.
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