Toluca, Edomex. 12 de febrero de 2016.- Lo ocurrido en Topo Chico, en el penal de Monterrey, Nuevo León, es reflejo del fracaso en el sistema carcelario del país. Aunque la dimensión de 49 personas fallecidas a causa de un motín ha situado en un escándalo mayúsculo al gobernador Jaime Rodríguez, el hacinamiento de las prisiones, incluido el Estado de México, las condiciones penitenciarias son una bomba de tiempo. Sin embargo, parece en el fondo un asunto minimizado por no ser visible o de prioridad para las autoridades.
Tan sólo en las 18 cárceles mexiquenses, se estima que tienen un hacinamiento cercano al 80 por ciento. Aunque la capacidad penitenciaria alcanza cerca de 13 mil internos, en las prisiones mexiquenses se encuentran alrededor de 21 mil personas. En más de una ocasión, el sistema penitenciario mexiquense ha sido exhibido por la violación sistemática a los derechos humanos, pero más preocupante resulta su incapacidad para cumplir con su propósito de reinserción social. En resumen: el sistema carcelario es un riesgo permanente de estallar.
———-
Esta noche arribará a México el Papa Francisco. Comenzará su primera visita por México del Papa de origen argentino, que incluirá una visita por el Estado de México. A lo largo de una semana, las actividades de muchos gobernadores se concentrarán en la recepción de Su Santidad. El Estado laico en un alto grado de vulnerabilidad, por parte de gobernantes expresando su fe y su religiosidad, por encima de las instituciones que representan.
Más allá de las creencias personales y las ideologías comunitarias, lo que se ha cuestionado severamente por grupos ajenos al catolicismo, es la disposición de recursos financieros, humanos y materiales por parte de las instancias gubernamentales para facilitar la visita del Papa Francisco al país. En específico, se advierte una promoción personalizada de los gobernadores que recibirán la visita del jerarca católico, anclada en la presencia y popularidad del obispo de Roma.
—————–
A pesar de los recortes presupuestales anunciados para gran parte de la administración pública, de los tres ámbitos de gobierno, en donde no se refleja una austeridad es en los privilegios del que goza la clase gobernante. Los gastos onerosos que garantizan a la élite política una calidad de vida con cargo al erario público. Ahí se reportan los viáticos, las comidas, la telefonía celular y otras tantas canonjías a las que están acostumbrados los políticos.
Comentarios a contacto@www.planamayor.com.mx
