Toluca, Edomex. 9 de julio de 2015.- La Conferencia Nacional de Gobernadores nació hace más de una década como un grupo de mandatarios priístas en rebelión al gobierno panista de Vicente Fox. Entre sus principales liderazgos emergió el mexiquense Arturo Montiel Rojas, quien trajo recurrentemente reuniones de la Conago a Ixtapan de la Sal, Valle de Bravo y Metepec. Desde ese espacio, buscaron fijar posturas de oposición pero además, pretendió construir su fallida candidatura presidencial. A la distancia, sus intenciones han cambiado, y eso se nota frente a la displicencia que hoy tiene la Conago con la presidencia del atlacomulquense, Enrique Peña Nieto.
A lo largo de su trayectoria, la Conago incorporó a mandatarios perredistas y más tarde a los panistas, que fueron excluidos dado que ejercieron la presidencia de México en dos sexenios. Fueron por largo tiempo, un diálogo que concitaba una contrapropuesta permanente a iniciativas como las reformas fiscal, laboral y energética impulsadas por Vicente Fox y Felipe Calderón, hoy ya aprobadas como parte del Pacto por México. En suma, sus posturas alientan el consenso. De ahí se explica que en todas las reuniones de los últimos dos años y medio han sido encabezadas por Peña Nieto. En el foxismo era impensable su invitación a estos encuentros.
Durante la gubernatura de Peña Nieto, la Conago ya integrada por priístas, panistas y perredistas, permitió al mexiquense concitar un liderazgo sobre otros mandatarios como Miguel Osorio Chong, Ivonne Ortega y Humberto Moreira. Desde ese espacio, el hoy presidente catapultó su figura como el más avezado de los mandatarios priístas. No es casual por tanto, que hoy Peña Nieto haya preferido convertirse en un aliado de la Conago, y atemperar las posturas opositoras. La reivindicación del presidencialismo como poder central y concentrado. El federalismo vuelto una auténtica falacia.
Eruviel Ávila aspira a asumirse como el líder de los gobernadores priístas, para convencer a su paisano Peña Nieto de que se fije en él como candidato presidencial en 2018. La Conago dista mucho de su concepto original, y ha dejado de ser un contrapeso del Poder Ejecutivo Federal. Hoy los gobernadores son colaboracionistas y complacientes con Peña Nieto a quien invitan en cada sesión. Los tiempos cambian, y hoy los priístas han regresado al ejercicio del poder desde Los Pinos, quizá eso lo explique mucho, o tal vez lo explique todo.
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En Xochicuautla, los pobladores siguen luchando y dando muestras de resistencia para evitar la construcción de la autopista Toluca – Naucalpan, la cual representa una amenaza ecológica e implicaría el despojo de sus tierras. Por desgracia, siempre surge el oportunismo político por aprovecharse de la angustia social, tal es el caso del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) para “colgarse” del tema y atacar profusamente al gobierno estatal. Lo que no entiende Morena es que no todo movimiento debe politizarse, y por lo tanto debería respetar la actitud genuina de los habitantes que se sienten agraviados, pero de ninguna forma representados por partido político alguno.
El movimiento de Xochiacuautla ha ganado el respeto de la opinión pública y aumentado el respaldo social a partir de ser una representación independiente, sin ataduras ideológicas ni cortapisas electorales. Mal hace Morena en politizar un tema, pues tal condición podría implicar una gran derrota para la resistencia. Por ahora, permanece una tensa calma, que parece impedirá con la razón de la legalidad continuar con dicha obra carretera.
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