Toluca, Edomex. 4 de mayo de 2016.- Han pasado 10 años de los hechos violentos en San Salvador Atenco con un halo de impunidad. En el olvido han quedado los homicidios de Alexis Benhumea y Javier Cortés Trejo, un par de jóvenes que murieron durante el enfrentamiento entre policías y ejidatarios. El primero, falleció a consecuencia del impacto de un proyectil de gas lacrimógeno. El segundo fue asesinado por arma de fuego con calibre similar al usado por la policía estatal participante del operativo.
Otra decena de mujeres, detenidas en la incursión policíaca a San Salvador Atenco, fueron víctimas de ultrajes por parte de la Policía Estatal. Sólo un agente fue castigado por el delito de actos libidinosos, considerado no grave, lo que permitió que ni siquiera pisara la cárcel. El resto de los policías señalados fueron exonerados pese a las acusaciones en su contra. El Ministerio Público fue omiso en indagar al interior de la Policía Estatal. Las sanciones nunca llegaron.
La cifra entre detenidos por parte de los ejidatarios de Atenco, que alcanzó las 211 personas encarceladas, contrasta sustancialmente con un solo policía involucrado en las indagatorias abiertas. El golpe de autoridad, lanzado por el entonces gobernador Enrique Peña Nieto, llevó a prisión a Ignacio del Valle, Felipe Álvarez y Héctor Galindo al penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez. Equiparó la peligrosidad de los líderes de Atenco con criminales como Joaquín “El Chapo” Guzmán, Daniel Arizmendi, Mario Aburto, entre otros.
La impunidad prevalece de principio a fin. Las autoridades estatales simplemente actuaron al margen de la ley, pero donde se advierte complicidad entre las instituciones en un manto de protección. La represión de la protesta social se ha vuelto un asunto cada vez más común. El goce de libertades se ha restringido bajo la criminalización de la disidencia. Por suerte, los medios digitales apuntan a tener mayor transparencia y rendición de cuentas en la toma de decisiones de las autoridades.
Para el movimiento de Atenco no todo está perdido. Ante la incipiente construcción del nuevo Aeropuerto que proyecta el gobierno peñista en la zona de Texcoco, han anunciado su rechazo a la imposición de la terminas aérea. Los líderes de Atenco están de regreso en la resistencia civil pacífica. La clave de su éxito transita en la posibilidad de evitar la contaminación política y que partidos de oposición pretendan capitalizar su movimiento.
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