Toluca, Edomex. 01 de noviembre de 2017.- Como pocas veces en los últimos siete años, ayer el gobernador Alfredo del Mazo mostró su músculo político para convocar a la clase gobernante. Diputados federales y locales, senadora, presidentes municipales, jueces y magistrados, organismos públicos, universidades. Todos invitados y casi todos presentes para arropar al mandatario en un primer evento cívico. Del Mazo busca recuperar un liderazgo político que se perdió en el último sexenio. La élite política le respondió, y lo cobijó.
Del Mazo entiende que la legitimación de su poder político -altamente cuestionado por un triunfo cerradísimo- transita por mantener de cerca a la clase política que lo llevó a la gubernatura. Alfredo también busca reivindicar la investidura de un gobernador robusto. Evitar la frivolidad que por parecer cercano, llevó a Eruviel a perder liderazgo en su cargo. Del Mazo dará golpes de autoridad para someter al priísmo y la oposición. Hacer de los eventos faraónicos un simbolismo de su ejercicio en el poder.
Si bien Ana Lilia Herrera no pudo asistir por sus tareas en el Senado, es de resaltar la posición de privilegio y los afectos que mostró Alfredo hacia la senadora María Elena Barrera. Otro que ya está de regreso al Estado de México es Carlos Iriarte, luego de su desaparición desde el ungimiento delmacista. Los tiempos políticos cambian, y el desplazamiento hacia el eruvielismo es notorio. Del Mazo ha comenzado por marcar su territorio y sus formas políticas.
Otro cambio de forma y de fondo radica en el discurso político. Del Mazo busca rescatar los protocolos y discursos que sirvan como guía en el diseño de su gobierno. Adiós a la improvisación de mensajes banales y coloquiales. Alfredo implementará un discurso para comunicar y articular ideas y acciones con los distintos foros públicos. A diferencia de Eruviel, entiende la política como un ejercicio de poder, y no como un escenario de ganar simpatías. La política de Atlacomulco está de regreso.
Lo cierto es que por donde se mueve, Alfredo encontró un campo minado en el Estado de México que le explota día con día. Los problemas que le heredaron parecen insostenibles en materia de salud, educación, empleo, movilidad, seguridad… y hasta en las cárceles. Muchas cosas requerirán de inversión, en un estado donde el dinero público no alcanza, ya sea por escasez o por corrupción. Lo vertiginoso de los retos, hace que el tiempo no alcance para atender sino lo necesario al menos lo urgente.
A mes y medio de haber asumido el poder, Alfredo del Mazo ya ejecutó un 80 por ciento de los cambios al gabinete. Lo ha hecho con demasiado sigilo para evitar suspicacias y desgaste político hacia su equipo. Sin embargo, todavía hay decenas de operadores políticos que están en lista de espera por ser incorporados. La cobija de la burocracia no alcanzó para todos. Algunos han recibido la promesa de que el reparto de las candidaturas será para los faltantes.
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