Toluca, Edomex, 28 de marzo de 2023.- Alejandra Del Moral mostró el músculo político. Lo cierto es que su mayor fortaleza al interior de su partido; es al mismo tiempo su principal debilidad hacia el exterior. La clase gobernante -los mismos de siempre- serán los encargados de promover el voto a favor de la izcallense, en el momento de mayor defenestración política para el partido que se ha instalado en el poder por casi cien años. Esa es la carta de presentación de la exdirigente priísta.
Al priísmo le han dejado de importar las encuestas porque simplemente todas le ponen por debajo de la morenista, Delfina Gómez. Esa narrativa de las preferencias electorales solo conviene a la oposición, y desanima a las estructuras electorales del partido en el poder. Por eso, a partir de ahora, el discurso electoral se concentrará en la obtención de 3.7 millones de votos a favor de Alejandra del Moral; lo que implica alcanzar una mayor votación conjunta de la alcanzada por la coalición en los comicios intermedios de 2021.
El PRI deberá conseguir dos millones de votos -hace un par de años alcanzó 1.6 millones de sufragios-; al PAN le han asignado un millón de electores -en 2021, llegó a 800 mil-; el PRD deberá aportar 400 mil votos -frente a los 235 mil conseguidos hace dos años-; y Nueva Alianza irá por 300 mil -en dicha elección, sumó 200 mil-. Con esa ecuación, el prianismo podría vencer cualquier encuesta, incluso con siete millones de sufragios; para alcanzar más del 50 por ciento de las preferencias electorales.
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Delfina Gómez no se mueve de su estrategia. La morenista apuesta a ganar la elección de forma anticipada, a partir de la percepción del triunfo que le otorgan las encuestas. Sin embargo, corre el riesgo de que -ante un exceso de confianza o una ineficacia de sus estructuras- los electores que se dicen a favor de la texcocana, simplemente se queden en sus casas y no salgan a votar el 4 de junio. Y en esa lógica sean rebasados por Del Moral.
Morena tiene a su favor, el capital político del presidente y la oleada que conlleva el triunfo en 22 Estados, durante los últimos cinco años. A ese esfuerzo, debe adicionarse el capital político que buscará aportar el Partido Verde, quien lleva dos comicios locales jugando en solitario, y es el momento de demostrar su capacidad de movilización electoral. En contraparte, el Partido del Trabajo sigue esperanzado en lo que puedan hacer sus aliados electorales, frente a su nulo trabajo político a lo largo de 30 años de historia.
Más allá de las encuestas electorales, y de la meta de votos que se han fijado entre ambas candidatas; la elección se definirá en apenas diez municipios mexiquenses, los más poblados del Estado. Ahí, las estructuras electorales definirán el destino de la gubernatura: Morena apuesta por una copiosa participación en sus bastiones electorales; el PRI busca ahí, dividir el voto, para decidir el triunfo en el voto rural del norte y sur de la entidad. La moneda sigue en el aire.
