Ricardo Moreno**
El mundo va a cambiar. Algunos dirán que la pandemia marcará un parteaguas en las relaciones humanas y no están en un error. Sin embargo, la crisis ruso-ucraniana será un factor que cambiará las relaciones de la era de la hegemonía norteamericana que se ha extendido por poco más de 30 años. A final de cuentas, se devela lo que siempre he considerado uno de los grandes engaños de la humanidad. No eran los comunistas, no era la doctrina económica, ni los empeños por destruir la dictadura del proletariado. No, al final de cuentas todo se reduce al predominio. Al ejercicio de imponer la voluntad propia sobre los otros; es decir, el poder.
La expansión de la presencia de la coalición norteamericana hacia el este europeo en los últimos años, dieron fruto y se acercaron las fronteras militares sobre el territorio ruso. Desde la caída del muro de Berlín varios países del entonces bloque comunista en Europa se adhirieron a la OTAN, a cambio de ser considerados en la comunidad europea y poder acceder a sus fondos compensatorios para mitigar la crisis económica que enfrentaron durante la década de los 90’s y entrado el nuevo milenio. En pocas palabras, Polonia, República Checa, Rumania, Estonia, Eslovaquia, entre otros, decidieron unirse a la Unión Europea a cambio de dinero fresco y, con ello, tomaron indirectamente posición en un conflicto añejo que jamás dejó de estar presente entre norteamericanos y rusos.
En otras palabras, estas pequeñas naciones abrieron las puertas para que la OTAN, brazo militar de la alianza imperial norteamericana, se extendiera cada vez más hacia el este y pusieron a tiro de misil las principales ciudades rusas. Durante el periodo de la guerra fría, Europa central y particularmente Rumania, Hungría y Checoslovaquia fueron territorios de contención para la salvaguarda de las fronteras rusas, de acuerdo al pacto alcanzado entre Stalin y Churchill, conocido como el pacto sobre los Balcanes o de los Porcentajes de 1944. La caída del comunismo y la preponderancia de Estados Unidos como fuerza hegemónica mundial, terminó por echar por la borda ese acuerdo y acercaron fronteras.
Entre tanto los rusos, si bien durante la guerra fría mantuvieron ciertas reticencias hacia China, en los últimos 20 años han fortalecido sus lazos que ahora son indisolubles. El apoyo chino a Rusia resulta fundamental, pues China representa la principal fuente de abastecimiento comercial y manufacturero del mundo. Hoy China, es una enorme potencia comercial, industrial y militar. Su influencia sobre muchas naciones es indiscutible y entrarán en los próximos meses en juego. Estoy convencido que el movimiento norteamericano sobre la posibilidad de abrirle la puerta de la OTAN a Ucrania fue una provocación que tiene su origen en el enorme déficit comercial que tiene con China que alcanzó en 2020, aún en pandemia, 680 mil millones de dólares, mientras que el déficit de Unión Europea con con la nación asiática fue de 190 mil millones de dólares.
En esas circunstancias Estados Unidos ha impuesto sanciones económicas a Rusia y ha amenazado con extenderla a otras naciones que presten ayuda a Rusia. Es aquí donde creo que la política demócrata para generar tensiones permanentes con Rusia tiene como destinatario final a China. Xi Jinping ha extendido los acuerdos energéticos necesarios para mover su enorme planta productiva con Putin. En los días previos a la incursión rusa en Ucrania, firmó un acuerdo para la construcción de un gasoducto submarino de Rusia a China. Por esa razón esta última ha declarado públicamente que no se sumará a las sanciones económicas dictadas por Estados Unidos y occidente en contra del gobierno ruso. Por ello en breve y una vez que se polarice más la situación, Biden tendrá en sus manos la decisión de imponer sanciones a China que es, en el fondo de todo, su objetivo, pues requiere dinamizar el consumo interno en Estados Unidos y, a la vez, disminuir las importaciones chinas, para impulsar la producción dentro de su territorio.
Tanto Trump como Biden saben que el el problema de fondo es que la economía norteamericana está detenida con alfileres y fusiles. Hoy este conflicto no es por Ucrania ni por los ucranianos. Es un amago para acercar sus fronteras militares y para limitar la apabullante maquinaria comercial China. Pronto lo veremos.
* Ha sido diputado federal y local. Se ha desempeñado como representante de MORENA ante el instituto electoral del Estado de México. Fue secretario del Ayuntamiento de Toluca de 2019 a 2020.
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