loader-image
Toluca, MX
12:32 am,
temperature icon
muy nuboso
Hora Estándar Central

Por Juan Carlos Cartagena Abaurre

Me llamo Juan Díaz Gómez, les juro que al inicio del año jamás me imaginé que el 14 de octubre significara tanto. Un día antes había tomado la decisión, debía estar en el estadio, no me lo podía perder. ¿Contra quién juega Toluca? Escuchaba murmullos en la calle. No se trataba de un juego, se trataba de todos, de cada emoción, de cada partido que había vivido. Los sufridos habían sido bastantes, imaginen nací en 1944, vi jugar al Toluca desde antes que le llamaran Diablos, conocí a Lerma Pérez y a Chuchito García, a quien por mi oficio de zapatero le compuse unos tachos, por eso es que no pude ni dormir de viernes para sábado, es más, sentía un poco de miedo de que la nostalgia me ganara; mi corazón ya no es el mismo de cuando vi a Juan Dosal marcar el doblete de ese primer título.

Pasé como de costumbre muy temprano a echarme un curado, un Bacardi o al menos una garañona. Iba solo, porque mi compadre Ángel le va a las Chivas y no lo iba invitar a esta celebración.

Mientras pedía una copita escuché decir a un par de tipos:
-«Pinche Toluca no va a jugar esta jornada porque celebra su Centenario»
-«Ya jugó, adelantó su partido y le ganó a Lobos» contesté
-«Pero no va a ser campeón, no trae con qué»

Nadie me iba amargar el día, no éste, así que brindé por esos que odian pero también temen al Toluca, por esos que no creen y en diciembre o cuando llegue el título van a estar con la playera de mis Diablos. Dije Salud y me fui, pero ellos como si no me hubieran visto, quizá porque traía mi playera del Toluca, esa que ni patrocinios tenía, la que sudaban en verdad esos cabrones.

Contaba las horas, pasé a ponerme mi «Tacuche»; con tal celebración no podía irme en fachas, desde que me dirigí al estadio me temblaban las piernas: «no me vaya dar otro infarto» pensé; el Doctor me había sugerido desde hace años nada de sobresaltos.

Decidí irme un poco más temprano, ya ven que se hace mucho tráfico, nada que ver con aquellos tiempos de «vacas flacas», la época de la sequía de títulos, sólo el de Copa; por cierto, ahí estuve esa tarde del último de Copa, me metí de colado cargando un hielo, y hasta salí en el periódico del día siguiente detrás de la reja de sol, donde se trepó «el Washinton» a celebrar su gol.

Apenas empiezo a recordar y ya se me quiebra la garganta, no puedo tener emociones fuertes, pero ya estoy aquí. Tenía años que no venía, no he visto como me dejaron mi querida «Bombonera» luego de su remodelación. Hace siete años que no vuelvo por acá.

Cuando entré mi primer lagrima rodó, era tanto tiempo sin estar ahí, ahí, ahí donde antes había un campo, luego un pequeño estadio, después un recinto mundialista y hoy es un hermoso lugar lleno de recuerdos. Cuántas cosas había escuchado decir en la radio, en la tele, en los periódicos, criticando la remodelación. Qué se coman sus palabras, esta es mi casa, y tiene una historia que se huele apenas entrando. Cómo has crecido Estadio Nemesio Díez, no te reconocería sino fuera por la sensación de estar aquí sentado; veo niños, jóvenes, familias, dobles y terceros pisos donde antes apenas había tribunas de madera o de frío concreto.

¡Ahhhh ahí está en frente de mí la imagen de Don Nemesio y Valentín! Entonces pienso mientras leo…»claro que siento ORGULLO Y TRADICIÓN»…bien ahí.
Tomé mi sitio y sudaban mis manos, no conocía a nadie, pero todos éramos familia. Era como un juego mecánico, de esos de adrenalina, que sabes que vas a gritar, que vas a llevar al extremo tus sentimientos, pero en realidad no sabes cómo va a ser el viaje.

Comenzó la ceremonia, el himno sinfónico y mi puño en alto, era algo así como cargarme de fuerza para lo que vendría. Palpé mi bolsillo para comprobar que traía mi pañuelo, no quería llorar, pero probablemente lo necesitaría.

Un desfile de recuerdos, visuales la mayoría, iban y venían entre mi mente y mi rojo corazón, ese que desde el centro de mi pecho, como el escudo que estaba al centro de la cancha, latía por un solo sentimiento: el amor…el amor verdadero.

Los ídolos que antes de serlo fueron jugadores, y mucho antes personas que caminaban por las calles, a los que podías saludar, ahora otra vez pisaban la cancha donde los alenté, les exigí, los aplaudí, y lo acepto, también los insulté. Hoy, por ellos me levanto, aun cuando mi cintura sufra más que por un quiebre de Sinha. Los ídolos y las leyendas son producto de la tradición oral, sus hazañas deben ser contadas por la gente para validar, y todos los que ahí pasaban lo eran. Uno a uno fueron eran ovacionados, obligando a escuchar entre los invitados a este festejo mil y una anécdotas de recuerdos, de partidos, de goles, de fallas. Todo eso le agregaba un piquete más a mi cansado corazón.

Si la emoción y el orgullo me inundaron, no tuve palabras para describir lo que sentí al ver pasar a mis ídolos de la juventud caminando lento, pero con la frente en alto; los aplaudí hasta hinchar mis manos, ellos me dieron la alegría, el orgullo, el amor de antaño, ese amor del bueno.

La admiración y pasión me estaban enloqueciendo, me daba pena soltar lágrimas, sólo tragaba saliva y fingía rascarme la nariz para limpiar las gotas que amenazaban con salir.

En los 90´s llegué a pensar que el equipo descendería, lo pasé muy mal, aguantando burlas, pero nunca cambié bandera, muy al contrario, fui testigo de cómo muchos niños que hoy son adultos empezaron a ser enamorados por Cardozo, Cristante, Estay, Abundis, Rangel, Ruíz, y claro «Ojitos» Meza, fue justo cuando recordé que ese 10 de mayo salí gritando a los cuatro vientos el campeonato…ahora sí ya todos le iban al Toluca. Una lagrima rodó por mi mejilla al verlos ahí celebrando, cantando como nos acostumbraron en la Plaza de los Mártires a cada título. De reojo busqué si no me estaban viendo llorar y noté a otro par de personas igual que yo, conmovidos hasta el llanto, el sentimiento no distinguía de edades. Estaban desde los chavos de la Banda del rojo, al igual que Rolando y José Luis de la Perra Brava. A lo lejos también vi a Tony, me dio gusto verlo recuperado, yo los conocí cuando iniciaron con esa locura que trascendió fronteras, con esa porra que cantaba como mexicanos, original como pocas, como ninguna mejor dicho. Me acordé de un partido contra Tecos que me obligaron a quitarme la playera, mientras caía un aguacero. Duré una semana enfermo, pero el orgullo lo llevaré hasta otra vida.

Hacía rato que no me sentía tan vivo, entre luces y «cuetes», todo se teñía de rojo. A gritos salidos del pecho exigimos otra Copa al plantel actual, y cuando cantaron el «Matador» me dio la sensación, no lo sé, de que era tanta la buena vibra, era tal esa vehemencia de la gente, que el título viene en camino…al menos eso sentí.

Antes del final, entre tanto ruido y ya sin pena alguna grité: TE AMO TOLUCA y entonces solté el llanto, una mano se apoyó en mi hombro como queriendo consolarme, era otro señor, un poco más joven que yo, con su chamarra de los Diablos, de esas que hace José Luis Villazón, el hermano de Eugenio. El señor, que también lloraba, me abrazó y me dijo con la voz entrecortada:
«Vamos a ser campeones, ya lo verá». Apenas cruzamos unas palabras.

Salí del estadio con un mar de emociones encontradas, caminé buscando la salida, pero sin quererme ir del todo. Decidí caminar hasta casa, para seguir recordando, para preguntarme por qué no vino Vicente Sánchez, cómo me hubiera gustado verlo ahí, al igual que otros ausentes. Las Diablas Rojas también hicieron falta y ni qué decir de las máscaras de diablo como la que se ponía el Dr. Víctor Torres en preferente. En fin, suspiré y doblé la calle con mi objetivo cumplido, nada ni nadie pudo estropearme este bello día.

Llegué a mi hogar, crucé la puerta del panteón, ingresé a la tumba de Juan Díaz Gómez, mi tumba y cerré nuevamente mi cajón…hasta el próximo Centenario, o porqué no, hasta que vuelvan a una final, la última que se ganó en 2010 fue la que me mató con un ataque al corazón lleno de emoción y alegría.
Fin

Por todos aquellos «Diablos Rojos» que ya no están físicamente. Una leyenda la hacemos todos, contando los pasajes y hechos, algunos reales, otros no tanto, de héroes y hazañas, que van construyendo una historia. Estoy seguro que ese sábado entre los invitados ahí estaban ellos, los fieles, los que anunciaron y cumplieron que estarían ahí…hasta la muerte. Una leyenda que sí circula puede volverse realidad.

Nota: Juan Díaz Gómez fue un fiel seguidor del Deportivo Toluca, amigo de la familia Cartagena. Cuando yo era niño, mi tocayo me contaba hazañas, cosas inauditas, algunas ciertas y otras no tanto de los Diablos. René masajista del equipo y el Dr. José Luis Serrano son sus sobrinos.

Gracias por leerme y jugar conmigo

Comentarios

comentarios

Vero eos et accusamus et iusto odio dignissimos ducimus qui blanditiis praesentium voluptatum deleniti atque corrupti quos dolores et quas molestias excepturi sint occaecati cupiditate non provident
Lexie Ayers
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua. Ut enim ad minim veniam, quis nostrud exercitation ullamco laboris nisi ut aliquip ex ea commodo consequat. Duis aute irure dolor in reprehenderit in voluptate velit esse cillum dolore eu fugiat nulla pariatur.

The most complete solution for web publishing

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua. Ut enim ad minim veniam, quis nostrud exercitation ullamco laboris nisi ut aliquip ex ea commodo consequat. Duis aute irure dolor in reprehenderit in voluptate velit esse cillum dolore eu fugiat nulla pariatur.
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua. Ut enim ad minim veniam, quis nostrud exercitation ullamco laboris nisi ut aliquip ex ea commodo consequat. Duis aute irure dolor in reprehenderit in voluptate velit esse cillum dolore eu fugiat nulla pariatur. Excepteur sint occaecat cupidatat non proident, sunt in culpa qui officia deserunt mollit anim id est laborum.

Tags

Share this post:

Related Posts
Category
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit eiusmod tempor ncididunt ut labore et dolore magna