Toluca, Edomex. 29 de marzo de 2019.- El terremoto del 19 de septiembre de 2017 cimbró las estructuras del poder político en el Estado de México. Alfredo Del Mazo no cumplía siquiera 48 horas en la gubernatura cuando tuvo que hacer frente a un fenómeno natural que superó la capacidad de respuesta institucional. Eso le costó la chamba a Arturo Vilchis Esquivel, que prácticamente estaba inventariado en Protección Civil del estado; y se enteró de su reemplazo un año después cuando se hizo público el nombramiento de Luis Felipe Puente. Su salida se dio por la puerta de atrás.
El sismo de septiembre de 2017 es lo que hoy mantiene en intensa actividad al volcán Popocatépetl; y en la incertidumbre a las autoridades mexiquenses. Frente a cualquier contingencia, Del Mazo deberá demostrar que aprendió la lección y que el fichaje de Luis Felipe sirvió de algo favorable. Puente no era ningún experto en la materia antes del peñismo; era incluso un operador electoral cercano a Isidro Pastor. Aunque muchos entienden que junto a Alejandro Ozuna y Jesús Izquierdo son la representación simbólica de Luis Miranda en el delmacismo.
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El panismo mexiquense se ha erigido hasta ahora como un contrapeso de Morena. La semana pasada, la excandidata a gobernadora, Josefina Vázquez Mota presentó un amparo en defensa de las estancias infantiles. Antier, Jorge Inzunza y otros panistas mexiquenses, dieron otro golpe mediático, al presentar una queja ante la CNDH por la misma circunstancia. Laura Rojas lanzó un llamado para frenar los bloqueos de la CNTE en San Lázaro. En su horizonte, el priísmo no existe. El enemigo a vencer para 2023 desde ahora es Morena, sea quien sea su candidato.
Desde distintos frentes han intentado ocupar los espacios de diálogo y resistencia hacia Morena. La naturaleza política del panismo es de oposición por antonomasia, aunque siendo gobierno luego han causado grandes decepciones. Por ahora, parecen haber encontrado su vocación frente a la denuncia, la protesta social y la toma de tribuna. Lo único malo es que a mitad del camino el reclamo y la oposición será en contra de otros expanistas.
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Los Hank siguen abriendo canales de inversión. En el futbol, el club Veracruz está prácticamente descendido y su dueño Fidel Kuri enfrenta una campaña de desprestigio empresarial y de enconos personales. La franquicia será vendida, aunque todavía no se define si permanecerá en el puerto o migrará a otra sede. Entre los inversionistas para adquirir al equipo jarocho se encuentra el Grupo Caliente que encabeza Jorge Hank, propietario de los Xolos de Tijuana.
Quizá ahí, el hankista Eduardo Bernal encuentre acomodo, ya que a últimas fechas ha andado muy movido en al política local, donde por cierto ve las cosas del priísmo mexiquense “de la patada”.
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