Toluca, Edomex. 26 de noviembre de 2015.- Cada tres años es la misma historia. Los Ayuntamientos que entran en funciones el próximo 1° de enero tienen el temor de que los gobiernos salientes dejen vacías las arcas municipales. En algunos casos se llevan hasta el mobiliario. El año de Hidalgo está por llegar a su recta final. Los protocolos de entrega – recepción y las auditorías resultan insuficientes. Los gobiernos salientes ya alistan la huida y en algunos casos hasta la mudanza de sus oficinas.
Del 1° al 3 de diciembre rendirán su informe de labores los alcaldes que se van. En al menos unos 30 ayuntamientos, el informe corresponde a alcaldes suplentes derivado de que los presidentes municipales se convirtieron en diputados federales o locales. Son los cinco minutos de fama de quienes heredaron el cargo. Todos los partidos políticos sin distingo padecen del mismo malestar. La ciudadanía escasamente reconoce a quienes concluirán los gobiernos municipales.
En tanto, del 7 al 18 de diciembre, se tiene contemplado desarrollar las tomas de protesta de los gobiernos municipales entrantes. El gobernador y su gabinete recorrerán la entidad para encabezar los actos políticos. La transición parece un tema complejo, particularmente donde se registrará alternancia política. Aunque el Estado de México no registra “focos rojos”, hay municipios en que los resultados fueron tan cerrados que la tensión social siempre está en riesgo.
El panismo parece ser quién más ganó tras la recuperación electoral de Naucalpan y Huixquilucan. En esa misma medida, el PRI registra la mayor pérdida simbólica por permitir la derrota en esos municipios. Por primera ocasión, Morena gobernará un municipio, tras su victoria electoral en Texcoco. El perredismo permanece con amplios bastiones en el oriente de la entidad, particularmente en Neza. Con esa pluralidad, el Estado de México tendrá nuevos Ayuntamientos en un plazo de 35 días.
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El grupo Ecatepec tiene la convicción de que Eruviel puede llegar a ser presidente. Las más recientes encuestas que posicionan a Ávila como la segunda carta más fuerte del priísmo por la elección presidencial, hace pensar que tiene condiciones para competir. Desde la gubernatura mexiquense se ha impuesto a un puñado de la élite priísta, en una posición de privilegio, que lo mismo le permite aparecer en todo momento en los espacios televisivos y radiofónicos para promocionar su imagen, que evitar el desgaste de gobierno que enfrentan los miembros del gabinete peñista.
Bajo ese mismo escenario, está claro que la estrategia eruvielista está encaminada a redoblar su promoción personal. La aparición en el noticiero estelar de Televisa recorre la misma estrategia que su antecesor, quien desde hace tres años despacha en Palacio Nacional. Sin embargo, a diferencia de Peña Nieto, la eventual candidatura de Ávila dependería paradójicamente de la decisión unipersonal del presidente, tras el retorno del PRI a Los Pinos y la reivindicación del presidencialismo al interior del priísmo.
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