Toluca, Edomex. 26 de octubre de 2016.- Los primos Cervantes se han convertido en los principales influenciadores para la asesoría jurídica del peñismo. Tras fallidos intentos, al final uno de ellos se convertirá en el titular de la Procuraduría General de la República. Luego de su fracasado intento por ser nombrado ministro de la Suprema Corte, el senador Raúl Cervantes será premiado con el cargo de abogado de la nación. Cervantes, es un priísta de amplia trayectoria, pero es en los hechos el menos cercano a Peña Nieto. Sus primos Alfredo Castillo y Humberto Castillejos son los grandes impulsores.
Alfredo Castillo fue el coordinador de justicia en el equipo de transición peñista. Se creía merecedor de ocupar la PGR, pese a su lamentable investigación del caso Paulette en su paso por la procuraduría mexiquense. En su intento, se atravesó el diputado federal Jesús Murillo Karam, quien tras darle la banda presidencial a Peña Nieto de manos de Felipe Calderón, pidió licencia en San Lázaro. Castillo y Murillo chocaron una y otra vez. Alfredo fue enviado a la Profeco a la salida de Humberto Benítez. Mientras que Murillo salió por la puerta de atrás, y cansado por el caso de 43 estudiantes desaparecidos de la normal de Ayotzinapa.
El arribo de los Cervantes al Estado de México vino de la mano de David Korenfeld, entonces secretario del Agua y extitular de la CNA. Socio de un despacho jurídico junto con Alberto Bazbaz, importaron a la procuraduría mexiquense a Alfredo Castillo y Tomás Zerón. Ahí también llegó Humberto Castillejos, quien diseñó la ley contra las alianzas electorales; y quien recientemente, vendió la idea del matrimonio igualitario que tanto costo político tuvo para el priísmo en la elección de junio pasado. Raúl Cervantes se convirtió en el abogado de la campaña presidencial de Enrique Peña, bajo recomendación de los primos Alfredo y Humberto.
Humberto Castillejos y su padre, Marcos Castillejos, estuvieron vinculados por su posible participación en el homicidio de Enrique Salinas de Gortari, ocurrido en Huixquilucan, en diciembre de 2004. Humberto era coordinador de asesores del titular de la PGR, Rafael Macedo de la Concha, y cuñado de Luis Cárdenas Palomino, entonces director general de Investigación Policial de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI). La investigación sobre el asesinato de Enrique Salinas -hermano del expresidente Carlos Salinas- apuntaba que las áreas que ocupaban Castillejos y Palomino indagaban el paradero de Salinas en territorio nacional a petición de la policía francesa, lo que derivó en su muerte producto de una extorsión policíaca.
Marcos Castillejos Escobar, padre de Humberto Castillejos, fue asesinado en julio de 2008. Marcos Castillejos también tuvo una carrera vinculada a la justicia penal como director de Reclusorios capitalinos. Humberto Castillejos, junto con sus hermanas María del Carmen y Minerva, comparten la firma CLG Abogados (Consultoría, Litigio, Gobierno), en la que participó durante largo tiempo, Alberto Bazbaz Sacal, hombre siempre cercano a David Korenfeld. Actualmente, los vínculos de los Cervantes con el peñismo se explican con el arropo del secretario de Desarrollo Social, Luis Enrique Miranda Nava.
La designación de Raúl Cervantes lo apuntala como el próximo Fiscal General de la Nación, que dotará de mayor autonomía al Ministerio Público. Ese ajuste en el gabinete peñista también podría tener consecuencias en el escenario sucesorio del Estado de México. Hasta hace algunas semanas, la élite política identificaba que la figura del próximo Fiscal de la Nación podría recaer en Alfonso Navarrete Prida, actual secretario del Trabajo federal, quien al quedar descartado de la PGR, se perfila como una de las cartas del gabinete peñista para suceder a Eruviel Ávila en la elección mexiquense del año entrante.
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