Toluca, Edomex; 25 de noviembre de 2022.- El próximo miércoles 30 de noviembre, concluye su mandato Alejandro Murat como gobernador de Oaxaca. Entregará el poder al morenista, Salvador Jara, quien arrasó en los comicios de junio pasado. Murat, nacido en el municipio de Tlalnepantla; será junto al mandatario del Estado de México, Alfredo Del Mazo, los dos priístas que asumirían un liderazgo de facto al interior del tricolor hacia las elecciones presidenciales de 2024. Desde Palacio Nacional, ambos de origen mexiquense, son vistos como la oposición más asequible para López Obrador.
Murat y Del Mazo tienen puntos de coincidencia que hacen pensar serán parte de la reconstrucción del priísmo, si logra sobrevivir a los desafíos electorales. Ambos, son hijos de exgobernadores, y lograron heredar el poder político en la gubernatura de sus estados. Nacidos hace 47 años, tienen futuro por delante. Las redes de poder entre Oaxaca y Estado de México parecen indisolubles.
José Murat, exgobernador oaxaqueño y actual presidente nacional de la Fundación Colosio, está casado con la acambayense, Aurora Alcántara Rojas, hermana del empresario Roberto Alcántara; y prima del más peñista de la comarca, Jesús Alcántara Núñez. Ahí, el poder económico y político confluyen.
Por su parte, Alejandro Murat, inició su carrera política como director general del sistema de Radio y Televisión Mexiquense. Fue diputado federal por el Estado de México; y dirigió el Infonavit en la primera mitad del sexenio presidencial peñista. Ya como mandatario oaxaqueño, tuvo como parte de su gabinete a la atlacomulquense, Carolina Monroy -prima de Alfredo Del Mazo- como secretaria técnica y jefa de la oficina del gobernador.
La cercanía es innegable entre ambas entidades y sus élites políticas; la dinastocracia se impone en todas partes.
A pesar de sus contradicciones ideológicas y la distancia generacional, López Obrador guarda afecto por dos mandatarios priístas: Alejandro Murat y Alfredo Del Mazo, quienes más allá de sus ambiciones políticas, podrían ser parte de las componendas del poder para el próximo sexenio. Ambos, ya también han forjado una relación institucional con las corcholatas morenistas; y eso juega a su favor.
Alfredo, por su parte, concluirá su mandato en septiembre de 2023; cuando resten ocho meses para la elección presidencial. Para entonces, Alito habrá concluido su gestión al frente del priísmo nacional; y el relevo generacional podría marcar el retorno de dos dinastías en la construcción de una eventual alianza electoral, y en el reparto de las candidaturas para el 2024.
La apuesta de Andrés Manuel está concentrada en que la mancuerna Murat – Del Mazo reemplace la ascendencia política que actualmente marca Moreno – Moreira. Y tanto Alejandro como Alfredo podrían estar de acuerdo en asumir y compartir ese liderazgo.
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