Toluca, Edomex. 25 de julio de 2017.- Las aspiraciones presidenciales de Eruviel Ávila se desmoronan. En la más reciente encuesta del Grupo Reforma difundida el pasado fin de semana, el mandatario mexiquense apenas si alcanza nueve puntos de la preferencia electoral, frente a un abrumador treinta por ciento del candidato de la izquierda López Obrador, y cifras por encima del veintiséis por ciento para la panista Margarita Zavala. El escenario parece devastador para un gobernador que ha invertido tanto en medios nacionales pero que poco se reflejan en su posicionamiento electoral.
Además, Eruviel se mantiene por debajo del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que permanece como el aspirante priísta mejor posicionado en la carrera presidencial, con un dieciséis por ciento de la preferencia. Ávila ve lejana la posibilidad de convertirse en candidato, pero sobre todo de ser un aspirante competitivo. Las sumas son desalentadoras, y en su ecuación futura deberá buscar otros escenarios que favorezcan su proyecto personal y su futuro político.
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En picada sigue la coyuntura en torno a Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes. A las acusaciones de corrupción y conflicto de interés, ahora se suman con precisión señalamientos sobre su inusitada pasión por las bienes raíces. Desde su ascenso al poder del gobierno federal hasta 2015, Ruiz Esparza compró cinco departamentos, un promedio de 1.6 viviendas por año, cuyas construcciones van de los 182 a los 219 metros cuadrados. El portal de noticias Sin Embargo, documentó de acuerdo a las declaraciones patrimoniales de Ruiz Esparza que todas las propiedades fueron pagadas al contado. En el mismo lapso, vendió cuatro casas que pagó al contado en 1983, 2004, 2007, y 2010. En la trama hay un dato opacamente revelador: el funcionario no precisa cuánto le costaron esos departamentos y a quién se los compró.
En la lista de damnificados por la conducta irregular de Ruiz Esparza se encuentra su hijo Gerardo Ruiz Dosal, quien de acuerdo a versiones periodísticas de la revista Proceso, habría sido vetado del primer círculo del gabinete de Alfredo del Mazo, cuando rinda protesta como próximo gobernador del Estado de México. La vida pública de Ruiz Esparza sería inexplicable sin el arropo de Alfredo del Mazo González. Esa lógica, apuntaba a una gran bonanza para su primogénito Gerardo Ruiz Dosal, hoy excluido de la toma de decisiones del próximo mandatario mexiquense.
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El futbol mexicano está vuelto un negocio. Con las nuevas condiciones dispuestas para la promoción de equipos a la Primera División, se estima que sólo seis escuadras de la División de Ascenso tendrían derecho a jugar en la Liga MX. La discrecionalidad de las nuevas reglas, se encamina a favorecer a grupos empresariales o deportivos vinculados al futbol. En esa suerte, se excluye un esfuerzo genuino como el de los Potros UAEM, que estarían en una competencia desigual, buscando ser campeón pero sin derecho a ascender. Una burla para los equipos, su directiva, su cuerpo técnico, sus jugadores y su afición.
El rector Alfredo Barrera ha comenzado a dar la pelea por defender la preservación del mural “Aratmósfera” que engalana al Estadio Alberto “Chivo” Córdova, pero fundamentalmente para que se le reconozcan sus derechos de ascender. Si el Club Toluca está a favor de la competencia deportiva y de la solidaridad con el cuadro universitario debería acompañar a la UAEM en esta batalla, pero si muestra el desdén de un personaje como Hernán Cristante, entonces se advierte que la UAEM deberá resignarse porque “es lo que hay”.
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