Toluca, Edomex. 24 de abril de 2018.- Pese a los esfuerzos de los partidos, los candidatos y los órganos electorales por incidir en las elecciones del próximo 1 de julio, un amplio porcentaje de la población se manifiesta apática, harta o simplemente indiferente frente a las campañas y sus efectos. En general, los votantes mantienen profundas resistencias con la clase gobernante, y prefieren no votar o anular su voto, como consecuencia de su rechazo por las élites políticas y de no sentirse representada por ninguna alternativa política. Ahí está el gran desafío de las campañas electorales y su diseño estructural por convencer no sólo a los indecisos sino a los apáticos.
La gran estrategia de los partidos, sin excepción alguna, se concentra en la promoción del voto y la movilización de estructuras a través de sus clientelas electorales. Gran parte del dinero destinado a las campañas se destina al reparto de dádivas a partir de necesidades primarias de millones de votantes que viven en condiciones de pobreza. Es ahí donde los candidatos tienen una profunda reserva de votos, no basada en la reflexión de las mejores propuestas o el proyecto de nación. El motor que mueve a los candidatos es cooptar voluntades a partir de condiciones de vulnerabilidad. Ahí se mueve el voto duro de quienes buscan incidir en las urnas.
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En el equipo de campaña de César Camacho se han encendido las alarmas. El fin de semana, la imagen del exgobernador del Estado de México comenzó a aparecer en espectaculares, parabuses y bardas que buscan sostener una presencia de su campaña. Los eventos del exdirigente nacional del PRI apuestan a pequeños encuentros con las estructuras electorales de cada municipio, sin que muevan un ápice las preferencias electorales. Los números de las encuestas lo mantienen en un tercer lugar. La ventaja de Delfina e Higinio es prácticamente de dos a uno sobre César Camacho y Alejandra del Moral.
Algo no cuadra en el diseño innovador de la campaña de Camacho Quiroz. Su apuesta se concentra en seducir el voto de los millenials a partir del uso de la tecnología. Así lo refleja su lanzamiento de una app para teléfonos móviles que difunda su propuesta de campaña, su semblanza y sus actividades de campaña. En paralelo, desde hace algunas semanas, lanzó otra app consistente en un videojuego de una bicicleta que simula su imagen, en una rodada que representa su camino al senado, lleno de obstáculos pero también de propuestas. Y en los hechos, Camacho hace campaña con quienes padecen una brecha digital que no les permite ese acceso a la tecnología.
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Exactamente dentro de un mes arrancarán las campañas locales. Ahí, el priísmo apostará a que los intereses de grupos regionales pueda potenciar sus preferencias electorales en sus bastiones simbólicos. No todo está perdido para el priísmo. Aquí, en el Estado de México, pese a las dificultades que enfrenta busca mantener cotos de poder que le garanticen gobernabilidad al incipiente sexenio de Alfredo del Mazo. La soterrada lucha electoral no sólo implica espacios de poder, sino presupuestos públicos, estructuras electorales, intereses empresariales y cacicazgos políticos, entre otros.
La elección mexiquense, dependerá como el año pasado, de la operación electoral que despliegue cada presidente municipal. De ahí la inexplicable derrota delmacista en municipios como Ecatepec, Tecámac y Tlalnepantla se vuelva comprensible. Es ahí, donde el priísmo buscará separarse en absoluto de la campaña de José Antonio Meade que simplemente no levanta, y mediante esfuerzos particulares, pretende conservar al menos la mitad de los municipios mexiquenses, y condiciones de mayoría en la legislatura local. Las preferencias electorales, sin embargo, parecen no favorecerle.
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