Toluca, Edomex; 22 de octubre de 2019.- Este martes, rendirá protesta el nuevo Consejo Político Estatal del PRI. El morbo se concentrará en la presencia de ex gobernadores para dar espaldarazo a la renovación inminente de la dirigencia priísta mexiquense. Los consejeros políticos deberán aprobar el método de selección para elegir a su nueva presidencia, en cuya condición el CEN del PRI estará en posibilidades de emitir la convocatoria. El proceso de simulación e imposición está en marcha.
En el círculo más cercano al gobernador Alfredo Del Mazo, se impulsa la posible llegada de Juan Pedro García a la Secretaría General del PRI del Estado de México. En esa coyuntura, se hace necesario que la fórmula esté encabezada por una mujer. Las opciones se reducen: la más aventajada se inclina por Martha Hilda González -actual secretaria del Trabajo-; y con menos posibilidades, la reelección de Alejandra del Moral -que insiste en la permanencia. No hay que descartar el regreso de Carolina Monroy a la entidad, quien hoy trabaja para el gobierno de Oaxaca.
Juan Pedro García fue director de gobierno en Huixquilucan durante la alcaldía de Alfredo Del Mazo. Tiene la cercanía con Elías Rescala, Juan Millán, Alejandro Fernández y demás. Su única distancia es con Francisco Sarmiento. Desde hace algunos meses lo premiaron con la cartera de la Unidad Revolucionaria, y sin contar con oficinas, desalojó a la Red de Jóvenes. Es un operador electoral de chapucerías, quizá lo que se necesita en el partido en tiempos de crisis.
Hacia adelante, las reacciones internas amenazan con algunas fracturas, particularmente de aquellos grupos políticos que se asumen imprescindibles y que se sienten agraviados por la próxima dirigencia. Es muy probable que ex gobernadores, ex dirigentes priístas y liderazgos sociales marquen su distancia. Pero la señal parece clara: Del Mazo pretende asumir el control político del PRI rumbo a las elecciones intermedias de 2021. Algo es cierto, con ninguna fórmula le podría dar gusto a todos los intereses de las élites políticas.
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A propósito del programa de credencialización del PRI, desde las oficinas de la Secretaría de Desarrollo Social se ha dado la instrucción para prohibir a las beneficiarias del Salario Rosa a inscribirse como militantes. Por un lado, desde la acera gubernamental se quiere evitar cualquier uso clientelar; por otra parte, en el priísmo se ha complicado alcanzar una meta que rebase los 600 mil militantes, cuyo proceso está previsto que concluya en diciembre próximo.
Ayer, el programa de credencialización priísta inició en Metepec. Allí cerraron filas las diputadas federales Ana Lilia Herrera y Laura Barrera. También se vio diligente al muchacho regidor, Rodrigo Falcón, quien en horario laboral anduvo en actividades partidistas. Aunque ya se le hizo costumbre, sería bueno saber si pidió licencia a su encargo para que le descuenten el día en su salario.
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