Toluca, Edomex. 22 de octubre de 2018.- Las próximas 48 horas serán definitorias para el futuro del PRI en su último bastión electoral, el Estado de México. Mañana se habrá de registrar la fórmula que dirigirá los destinos del priísmo para los próximos doce meses. Aunque en los hechos, la nueva presidencia podría reelegirse el año entrante, por un periodo de cuatro años, y desde ahí redefinir la reconstrucción del partido; y diseñar el rumbo electoral del año 2021. Del Mazo debe fortalecer con prontitud su gobierno, su partido y su grupo político.
Por las condiciones políticas de gobernabilidad que deberá sortear Alfredo Del Mazo, se puede establecer que el ungimiento de la dirigencia estatal priísta deberá responder a una profunda ascendencia política entre la militancia; y a una persona que concite los afectos del peñismo y el delmacismo. La desventura de Los Pinos se acerca a su final, y aquí, desde el Estado de México se requiere comenzar la restauración de un partido en ruinas.
Las apuestas favorecen a dos hombres determinantes al delmacismo: En primer orden, aparece Luis Miranda Nava, el más cercano al presidente Peña Nieto, y quien desde hace siete años incidió a favor de que Alfredo fuera gobernador. En segundo lugar, se encuentra Elías Rescala Jiménez, actual subsecretario general de gobierno, y a quien se identifica como el poder detrás del trono. Si Miranda gana, Elías deberá ascender a la Secretaría General que ostenta Alejandro Ozuna, arropado por el exsecretario de Desarrollo Social. Si Rescala alcanza la dirigencia priísta, Ozuna tendrá margen de permanecer en su encargo.
En Los Pinos hay otras dos posibilidades que no pueden descartarse, y que anuncian el exilio del peñismo a tierras mexiquenses: Francisco Guzmán, consejero, confidente y asesor de cabecera del presidente desde hace más de quince años; y Lorena Cruz, que en la víspera fue designada secretaria general adjunta de la dirigencia nacional que encabeza Claudia Ruiz Massieu. Y del gabinete delmacista, el caballo negro pudiera surgir desde la dirección general del DIF, a través de Miguel Ángel Torres Cabello, que ha acompañado el proyecto delmacista desde hace un lustro.
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César Camacho Quiroz está a punto de agarrar nueva chamba. El exgobernador del Estado de México que padeció el repudio del electorado en las urnas, y lo mandó a un vergonzoso tercer lugar, en su lucha por la senaduría, podría ser anunciado en las próximas horas como presidente del Colegio Mexiquense. A Camacho poco parece importarle subir o bajar en la escalera política, siempre y cuando se mantenga vigente en la disposición de presupuesto público. Basta recordar que en la gubernatura peñista fue hasta coordinador por los festejos del Bicentenario de la Independencia de México.
De confirmarse la llegada de Camacho, el exalcalde de Metepec sustituiría a Humberto Benítez Treviño, quien arribó a la institución tras su defenestración de la Profeco, donde fue despedido por el escándalo que protagonizó su hija Andrea Benítez, bautizada en las redes sociales como #LadyProfeco. La institución dedicada a la investigación y la docencia de las ciencias sociales y humanidades, ahora advierte el riesgo de convertirse en refugio de políticos en desgracia y en condición de retiro.
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