Toluca, Edomex. 20 de julio de 2017.- Este jueves, el presidente Enrique Peña Nieto cumple 51 años. Fiel a su costumbre, como casi todos los años durante su gobierno, lo festejará trabajando y visitará el Estado de México. En un primer momento, estaba previsto que realizará un recorrido por las obras del Tren Interurbano México – Toluca, sin embargo,la resistencia social del proyecto en la zona de San Mateo Atenco obligó a ajustar la agenda. De última hora, se decidieron otras locaciones pero se mantuvo la presencia de Peña en la entidad.
El atlacomulquense estará de visita en el Centro de Monitoreo de Seguridad Pública -conocido como C5-, ubicado en el Boulevard Aeropuerto. El búnker de seguridad fue inaugurado el año pasado y formará parte de la promoción peñista rumbo a su quinto y penúltimo informe. También asistirá al estadio de la Bombonera, el cual fue remodelado y estrenado a principios de este año, pero la familia Díez se quedó con las ganas de una inauguración formal por parte de Enrique Peña. El exmandatario estatal -americanista de clóset- pisará mañana el césped de la remodelada cancha escarlata.
La gira de Peña Nieto será la primera ocasión en que el presidente mexicano visite el por el Estado de México tras la elección del pasado mes de junio. Lo hace en tiempos en que no se ha hecho oficial el triunfo de su primo Alfredo del Mazo Maza. Desde Los Pinos se dispuso y se impuso, en primer lugar la candidatura delmacista al interior del priísmo; y en una elección inequitativa de principio a fin, logró sortear una alta competencia en las urnas para conservar el poder, no sólo a favor del mismo partido y del mismo grupo político, sino además de una de las familias mayormente enquistadas en el poder público.
A la distancia, Enrique enfrenta un desgaste inusitado. De poco o nada ha servido, que aquí se construya el tren interurbano y el aeropuerto más moderno del país. La gente manifiesta un hartazgo a la corrupción, la ineficacia y la inoperancia de su gobierno. Lo que hace cinco años comenzó como una esperanza con el regreso del priísmo para algunos sectores sociales, hoy se ha convertido en una inagotable pesadilla.
Pese a todo, siempre que Peña Nieto ha necesitado de bocanadas de oxígeno a su gobierno y su imagen personal, obligadamente se refugia en el Estado de México. Por ello, es la entidad más visitada por Enrique a lo largo de su sexenio. Desde la inauguración de obras de infraestructura, acciones en materia de seguridad pública y hasta el registro de dos millones de empleo han tenido como sede el principal bastión electoral del priísmo. La lección electoral de junio pasado, es una ecuación que el peñismo buscará replicar en los comicios del año entrante como una apuesta para mantener la Presidencia de la República.
Hay escasas razones en el entorno peñista para celebrar. Si bien consiguió la preservación del poder en el Estado de México, su primo Alfredo del Mazo asumirá el cargo de gobernador abrumado por una penosa deslegitimidad. Peña ha decidido caminar por escenarios controlados, para evitar el repudio social que agobia su alta desaprobación ciudadana. Será, además, una de las últimas giras que emprenderá acompañado del gobernador Eruviel Ávila.
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