Toluca, Edomex. 20 de febrero de 2015.- Nadie sabe con certeza cuál es la fuerza electoral que representan los llamados “partidos emergentes”. El Partido Verde es desde 2003 un asiduo aliado electoral del PRI, y paso a paso ha ido creciendo en las posiciones electorales que le concede el partido en el poder. Su coalición que ya parece vitalicia le garantiza mantener el registro como partido político, al menos unas cinco diputaciones locales, y una veintena de regidurías en diversos municipios. Nada mal para una franquicia electoral que ni siquiera se esfuerza por hacer campañas, porque éstas las sufraga el priísmo por sí solo.
En el caso de Nueva Alianza, después de haber obtenido su registro en 2006, en adelante también ha logrado afianzar su coalición electoral con el PRI. En 2009, alcanzó reforzar su presencia en la legislatura local. Todavía en 2011, Mónica Arriola -hija de Elba Esther Gordillo-, fue coordinadora de campaña de Eruviel Ávila por Nueva Alianza. Para los comicios de 2012 la alianza electoral se mantuvo, y en 2015, cuando se preveía un rompimiento mayor, Eruviel no ha dejado caer al partido de Gordillo. El priísmo contribuirá a que el PANAL se mantenga con vida.
Del lado de la izquierda no se actúa muy distinto. El Partido del Trabajo, cuyo dueño de la franquicia es Óscar González Yáñez, se negocia con el PRD ir en alianza electoral en al menos 56 municipios. Con un perredismo en debacle y un petismo sin el arropo de López Obrador, los resultados pueden ser devastadores y la mejor apuesta poder ser la alianza en ayuntamientos prioritarios. El PT es otro de esos partidos que sobrevive artificialmente a base de las alianzas electorales, y para el proceso electoral en curso no parece haber excepción.
Por si fuera poco, Movimiento Ciudadano tiene acercamientos con el PAN, para tratar de configurar una alianza electoral en algunos municipios mexiquenses. El partido antes arropado por López Obrador, hoy cuenta con el apoyo del expanista Manuel Espino, defenestrado del blanquiazul durante el caderonismo. En tierras mexiquenses, Patricia Durán Reveles -excandidata panista al Senado-, encabeza las negociaciones para posicionar al partido naranja. En búsqueda de la sobrevivencia electoral se debe tener en cuenta la cercanía de sus militantes con el grupo en el poder, como son los casos de Horacio Jiménez y Juan Ignacio Samperio.
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La próxima semana se dará una nueva desbandada. Diputados locales y federales que buscarán ser alcaldes y presidentes municipales que contenderán por diputaciones locales. Otros más, serán algunos funcionarios -federales, estatales y municipales- que renunciarán a sus cargos para entrar de lleno a la competencia electoral. El vacío de poder que se genera en ayuntamientos y legislaturas es insufrible por mucho que se pretenda negar. Los suplentes -de alcaldes y diputados- llegan muchas veces en medio de la nula experiencia y la necesidad de responder a los intereses personales o de grupo que los insertaron en determinada posición.
Otra gran expectativa está concentrada en el armado de las listas de diputados plurinominales. Se prevé que ahí estén los nombres de gran trayectoria y amplia cercanía a Peña Nieto, para asumir el control político desde San Lázaro a partir de septiembre próximo. Y es que al menos en los candidatos de mayoría, salvo tres o cuatro excepciones, no se ven opciones para tomar el mando legislativo de los próximos tres años.
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