Toluca, Edomex. 18 de junio de 2018.- La contienda electoral por la alcaldía de Toluca está cerrada en dos opciones: por un lado, el priísta Fernando Zamora en búsqueda de la reelección; y por otra parte, el exalcalde expanista Juan Rodolfo Sánchez Gómez, ataviado de morenista. Al interior del panismo, el equipo de campaña de Gerardo Pliego admite que se ha decidido no invertir más dinero en la promoción electoral. En secreto, el PAN toluqueño reconoce que el triunfo es una situación inalcanzable.
La estrategia del priísmo apunta a la movilización de votantes a través de dos estructuras electorales. En principio, la operación del activismo electoral que afina el PRI municipal, todavía bajo el control de Pepe Ozuna; y en segundo lugar, la estructura del magisterio que ha aceitado Zamora desde hace una década. En el trayecto electoral de Zamora, perdió una elección en 2006. Entre 2009 y 2015 ha ganado tres elecciones en fila: dos veces diputado local, una federal, y la alcaldía que aspira refrendar en la primera reelección de la historia reciente.
La apuesta de Juan Rodolfo aterriza en el arrastre de López Obrador. Junto con la escuálida campaña de Gerardo Pliego, algunos liderazgos panistas han saltado de un barco a la deriva; y han buscado refugio en el proyecto del exalcalde Sánchez Gómez. Aquí no se trata de una sólida estructura electoral. Juan Rodolfo ha construido acuerdos con la élite política, empresarial y religiosa de la capital mexiquense; aunque en el camino ha perdido a la base militante del partido que lo apoya.
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Enrique Vargas del Villar parece no tener dificultad para alzarse con el triunfo electoral del próximo 1° de julio. El panista parece tener amplias posibilidades en la ruta por la reelección. Las encuestas le otorgan hasta 20 puntos de distancia respecto del priísta Arturo Martínez Alfaro. De consolidarse el triunfo de Vargas, su posición política incluso le permitirá asumir un liderazgo al interior del panismo estatal; ante una eventual derrota del panismo en Naucalpan que comanda Edgar Olvera.
Olvera, el otro liderazgo visible en el panismo mexiquense, tiene un desafío complejo. Su discípulo Alfredo Oropeza está al borde de la derrota electoral frente a la expanista Patricia Durán, que compite por la alcaldía naucalpense desde Morena. La combinación de triunfo en Huixquilucan y derrota en Naucalpan, terminaría por beneficiar a Vargas, y su ascendencia entre el blanquiazul local.
Otra panista que también avanza en su posible reelección es Ana Balderas, quien compite por la alcaldía de Atizapán de Zaragoza. Ahí, el candidato priísta es prácticamente un desconocido. Mientras que el expanista Pedro Rodríguez, candidato a presidente municipal por el Partido Verde crece sostenidamente, restándole votos a otra expanista, Ruth Olvera, la candidata de Morena, de quien acusan no es del municipio, ni siquiera vive en el lugar que pretende gobernar.
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