Toluca, Edomex, 18 de mayo de 2023.- Cuando restan catorce días de proselitismo en las campañas electorales por la gubernatura del Estado de México, Alejandra del Moral aún enfrenta resistencias en los sectores más duros del panismo y del perredismo, quienes ven en su candidatura el símbolo de lo que históricamente enfrentaron. Hoy el dilema del PAN y del PRD se concentra en votar a favor del régimen que alguna vez soñaron con derrotar, con la esperanza de acceder a las altas esferas del poder público.
En el caso del PAN, las élites políticas están convencidas de que ganar la elección del domingo 4 de junio implicaría la posibilidad de ser parte del gabinete estatal; una circunstancia inedita que no pudieron alcanzar ni en su mejor momento político, cuando por ejemplo triunfaron en la Presidencia de la República. Lo cierto es que, el mayor desafío de la derecha es convencer al panismo doctrinario de votar por Alejandra del Moral con el propósito de volverse competitivos hacia los comicios del 2024 y 2027, por encima del antagonismo que representó el priísmo durante cincuenta años.
Para el escenario perredista, el futuro inmediato es desolador. El objetivo del PRD consiste en alcanzar al menos el cinco por ciento de la votación total, con la mira puesta en el financiamiento público que recibirá en las elecciones de 2024. La supervivencia política del PRD está ligada a su viabilidad financiera. En el mejor de los casos, si la elección resulta exitosa, también habría sectores del perredismo que lograrían colarse en la integración del primer gabinete de coalición. Sin embargo, la militancia más radical observa en el priísmo un régimen que buscó desaparecerlos en las campañas electorales que libraron en medio de la adversidad hace 30 años.
Finalmente, Del Moral está convencida de que hay sectores de la sociedad civil que no siente afinidad por ningún partido político, pero que ha sido agraviada en sus intereses por los gobiernos morenistas. Es ahí, donde busca consolidar su candidatura y apostar a que una amplia participación social pueda romper con las tendencias de las encuestas electorales. Más allá de su trayectoria política, o de sus propuestas de campaña, el proyecto electoral se ha encaminado a evitar que gane Morena, como «un peligro para el Estado de México». Esa es la apuesta de sus electores.
Delfina Gómez tiene una encomienda mucho más sencilla. El gran peso político de su candidatura se enmarca alrededor de Morena, quien tiene como posición ideológica sacar al PRIAN del poder público. Es ahí donde reside su alta preferencia entre los votantes. La texcocana tiene en la marca de Morena el potencial para hacer campaña. En la coyuntura actual, es la oportunidad histórica de vencer al PRI, quien ha gobernado la escena política mexiquense durante 94 años. Hoy el priísmo enfrenta su peor momento en el ánimo social y electoral. Es ahora o nunca.
Sus aliados electorales del PVEM y PT, se sienten cómodos ante la posibilidad de ganar una elección de gobernadora, muy a pesar de su mínima presencia electoral. El Partido del Trabajo conseguiría lo impensable, que un puñado de su militancia dorada accediera a posiciones de poder que en solitario jamás habría conseguido. Mientras que el Partido Verde podrá premiar a los priístas y panistas que fueron defenestrados de sus partidos de origen y que hoy se muestran como la gran alternativa de cambio, cuya única causa que los motiva en la política, es el empoderamiento personal y la defensa de los intereses de los grupos que representan.
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