Toluca, Edomex. 12 de octubre de 2017.- La clase gobernante ha diseñado lo necesario para que el Consejo Político y la Comisión Política Permanente del PRI nacional sean dominados por la élite política mexiquense. Secretarios del gabinete, senadores, diputados federales, Alfredo del Mazo y Ernesto Nemer (muchos mexiquenses) ayer rindieron protesta en los órganos partidistas que legitimarán el “dedazo” peñista en la muy próxima definición del candidato presidencial priísta. Peña no jugará riesgos y ha activado a sus “paisanos” en la estratagema del poder.
Los poderes formales y fácticos, como en los tiempos del viejo presidencialismo, parecen concitar sus intereses en torno al delfín presidencial. En la medida que se apaga Osorio Chong, los medios oficialistas apuntan la agenda pública a temas económicos para alinear los astros a favor de José Antonio Meade. La tecnocracia se impondrá a la política formal. El ideólogo del peñismo, Luis Videgaray, encontró al artífice que le garantice permanecer en la toma de decisiones en caso de que el priísmo conserve la Presidencia de la República. Meade avanza, Chong retrocede, Nuño se hace a un lado y Narro se estanca.
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Juan Pedro García anda desatado. El dirigente de la agrupación Fortalecimiento Partidista asegura que su estructura ya ha ganado espacios al interior del gabinete delmacista. En la canasta de su grupo político se atribuye los nombramientos de Guillermo Legorreta -actual subsecretario de Educación Media Superior y Superior-; así como de Melissa Vargas Camacho -titular del Consejo Estatal de la Mujer-. Ambos personajes cercanos a la senadora María Elena Barrera, son para Juan Pedro García parte de las componendas de Alfredo del Mazo hacia su agrupación electorera.
Tanto Legorreta como Melissa han ocupado en los últimos diez años cargos de toma de decisiones. El primero fue alcalde interino de Toluca. La segunda síndico municipal de la capital. Con el cobijo de María Elena Barrera han sorteado posiciones en el gabinete federal y estatal. Pero Juan Pedro, dice a sus cercanos, que son hechura de su irreverente estructura. Con desparpajo afirma que asumirá un papel protagónico en la gestión de programas sociales con el gobierno delmacista y en el reparto de candidaturas del año entrante. ¿Y Eric Sevilla? ¿Y Ernesto Nemer? Parecen sobrar en su posición política.
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Alfredo del Mazo tiene por delante un enorme desafío para combatir al crimen organizado. Sin embargo, hay personajes que se mantienen en la mesa de decisiones sobre la seguridad que han demostrado su incapacidad. Ahí está el fiscal de justicia, Alejandro Gómez Sánchez que derrocha el gasto público en viáticos y servicios personales (electo por siete años); lo mismo que el comisionado de seguridad, Eduardo Valiente (de opacidad en su gestión); y el ecatepense, Martín Vázquez Pérez, a cargo del secretariado ejecutivo de seguridad pública, con una burocracia que carece del perfil en la materia.
No basta con las buenas intenciones de Alfredo del Mazo, y su cambio de paradigma en la creación de instituciones o un decálogo de acciones. Los hombres que ya han demostrado su fracaso y son parte del problema, por ahora permanecen en la toma de decisiones sin experiencia y sin resultados.
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