Toluca, Edomex. 11 de octubre de 2017.- Pasito a pasito, el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo avanza en los ajustes de su gabinete. Ayer tocó el turno a la Secretaría de Desarrollo Agropecuario que encabeza Darío Zacarías Capuchino. Como subsecretario de desarrollo agropecuario fue nombrado Fidel Almanza Monroy, exalcalde, exdiputado local y federal por Atlacomulco. La zona norte tendrá ahí su margen de maniobra para la política clientelar del voto verde, el voto más duro del priísmo mexiquense.
En la misma Secretaría, se designó a Alejandro Olivares Monterrubio como director general de comercialización; exalcalde de Tianguistenco, además de diputado federal y local. Y para mantener los equilibrios, se nombró a Vicente Martínez Alcántara director general de Desarrollo Rural, exdiputado local por Valle de Bravo. Como coordinador de delegados regionales de la Sedagro fue ratificado Vicente Martínez Alcántara; mientras que Gonzalo Bojorges Conde, dos veces alcalde de Chiautla, fue designado como director general de Agricultura.
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La conformación del Sistema Estatal Anticorrupción no privilegia los perfiles profesionales de los aspirantes. Lo que parece prioritario es la vinculación de los candidatos con la élite política. Un tercio de los 15 aspirantes que han clasificado a la segunda ronda de selección son exconsejeros electorales. Ahora resulta que para la comisión de selección resulta un paralelismo organizar elecciones que vigilar las cuentas del gasto público. El status quo que lograron conservar en elecciones, ahora se busca mantener en el ejercicio del poder.
Hoy, los consejeros electorales que no pudieron enmendar una democracia imperfecta, que se carcome por la falta de autonomía para garantizar elecciones equitativas se venden como panacea para la corrupción. Son en su mayoría hombres y mujeres del mismo régimen. Y es que todo apunta a que el Sistema Anticorrupción sólo busca legitimar un reclamo social, pero con las mismas reglas de siempre por conservar los privilegios de la clase gobernante, sin afectar sus intereses, sus negocios, sus instituciones. Cambiarlo todo para que al final, todo siga igual.
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Hay dos organizaciones que no tendrán acomodo en el PRI mexiquense que encabeza Ernesto Nemer. Se trata de la revoltosa Antorcha Campesina de Jesús Tolentino Román Bojórquez; y de la provocadora agrupación Fortalecimiento Partidista (+FP) que encabeza el impresentable Juan Pedro García. No es casualidad que a la fecha, ninguno de sus figuras connotadas hayan sido incluidas en el gabinete de Alfredo del Mazo ni hayan sido consideradas en las carteras del priísmo.
Su carácter desestabilizador, las tiene marginadas del espectro electoral que ya diseña Ernesto Nemer ante la premura de las elecciones del año entrante. En el diagnóstico, Antorcha Campesina siempre se ha opuesto al proyecto político delmacista; y de +FP es catalogado como el basurero priísta por reciclar los desechos de su militancia, o de quienes alguna vez ya traicionaron al priísmo para competir electoralmente con otras siglas y otros colores.
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