Toluca, Edomex. 11 de abril de 2017.- En la campaña priísta se han encendido las luces de alarma. Los primeros visos de la campaña delmacista con la mano empuñado no han conectado lo suficiente con los votantes. A marchas forzadas, y cuando han pasado ocho días de campaña, se rediseña la imagen que identifica al candidato. A pesar de contratar a los mercadólogos más caros del país, sus encomiendas proselitistas han mostrado a un candidato autoritario, superior, sin subsanar la necesidad de que Alfredo se identifique con las clases más populares de la entidad.
Por ahora, se ha frenado estrepitosamente la producción de utilitarios y la pinta de bardas en espera de la nueva imagen. En el equipo más cercano a Del Mazo hay reproches hacia una fallida toma de decisiones en la campaña por aire del candidato. Con urgencia, se prevé que el relanzamiento de la campaña pueda ocurrir esta misma semana, en una apuesta por conectar la candidatura delmacista con un electorado que lo siente como parte de una élite gobernante.
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El pasado domingo, Alfredo del Mazo estuvo de visita en Tecámac. Y veinticuatro horas después, el presidente Peña Nieto realizó una gira de trabajo por el mismo municipio: en política y elecciones no existen las casualidades. A pesar de los tiempos de veda electoral, Enrique Peña ha mantenido su presencia en el Estado de México donde pretende incidir en la elección de gobernador. Las recurrentes visitas de Peña a su tierra natal vulneran la equidad del proceso electoral.
Lo cierto es que Peña no se placea en solitario. Siempre se hace acompañar del gobernador Eruviel Ávila. La agenda de Enrique y Eruviel no parece armada al azar ni por coincidencia. Si bien no entregan programas sociales, promueven las virtudes de su mandato. En los últimos diez días han cesado las visitas del gabinete peñista, pero ahora Enrique ha hecho presencia personal. Primero Texcoco, después Tecámac, y los pretextos sobran. La autoridad electoral es omisa a conductas indeseables en pleno proselitismo.
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Delfina Gómez ha perdido de vista su proyecto de campaña por andar defendiendo su candidatura de los ataques opositores. Se ha enganchado permanentemente con quienes la desacreditan. La candidata de Morena, pasa un rato en defensa de López Obrador, y otro rato en defensa propia. La campaña se ha desplazado a un segundo plano. Mientras sus contrincantes se concentran en recorrer el Estado de México, Delfina busca afianzar su candidatura en una campaña por aire que aterriza desde la Ciudad de México.
Arropada por personalidades externas al Estado de México busca permear entre el electorado mexiquense. Primero Lorenzo Meyer y John Ackerman la respaldaron la semana pasada. Ayer apareció en escena el productor de telenovelas Epigmenio Ibarra. En los próximos días, también se prevé la incorporación de Alejandro Encinas. Lo cierto es que entre más silenciada se mantenga Delfina, acompañada de otros liderazgos, la profesora oculta sus pronunciadas limitaciones.
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