Toluca, Edomex. 10 de junio de 2015.- En el análisis más frío de la elección, las afinidades políticas entre PAN y PRD abren la puerta para repensar la posibilidad de construir de nueva cuenta una andanada de alianzas opositoras. De haber ido juntos panistas y perredistas al PRI en la elección del domingo, habrían propinado una derrota histórica, y es hasta ahora haciendo cuentas, la única posibilidad de volverse competitivos para la elección de gobernador en la sucesión de 2017. En ese panorama, sería no sólo histórico ganar el bastión priísta mexiquense sino demoledor hacerlo en la tierra del mandatario Enrique Peña previo a la elección presidencial de 2018.
Hasta el corte del PREP, el PRI contabilizó cerca de un millón 390 mil sufragios, lo que representa el 32 por ciento de la votación efectiva. Muy lejos, el PAN se ubicó sobre los 750 mil sufragios, con un 17.3 por ciento de las preferencias; mientras que el tercer lugar correspondió al PRD, con poco más de 612 mil votos y el 14.14 de las preferencias. Las cifras del PREP arrojan que faltan por computar un 20 por ciento de las casillas instaladas, pero las tendencias no tendrán variaciones significativas. En el examen numérico más rígido, la única amenaza real para el PRI es sumar las fuerzas electorales de PAN y PRD con miras a los comicios por la gubernatura.
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Para la definición del próximo coordinador de la fracción legislativa en el PRI, parece que el panorama favorece al delfín de Eruviel Ávila, el exsecretario de Educación, Raymundo Martínez. En el Plan A del exgobernador Arturo Montiel, se apuntalaba a Miguel Sámano también como eventual coordinador parlamentario del rebaño priísta, pero la apretada victoria de apenas tres mil votos en su votación lo ha puesto en desventaja, frente a la carta fuerte del eruvielismo.
Sin embargo, hay un Plan B, que los montielistas trabajan con sigilo. Se trata de Rafael Osornio Sánchez, quien ganó la diputación local del emblemático Atlacomulco, que alguna vez perteneció a Enrique Peña Nieto. En esa suerte, Osornio es alguien muy cercano a Montiel, pero bien visto en el círculo de Eruviel, Manzur, Pastor y compañía, al ser hermano de Arturo, un alfil siempre cercano a ese grupo compacto. En la posibilidad, tampoco pierdan de vista a Laura Barrera, que viene de ser coordinadora de los diputados mexiquenses en San Lázaro, con el visto bueno del peñismo.
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En Huixquilucan se anticipa un final de fotografía en el recuento municipal. El priísta, Fernando Maldonado sostiene que ya contó todas sus actas de escrutinio y ganó por 800 sufragios. El panista, Enrique Vargas asegura que el PREP municipal le da una ventaja definitiva de dos mil votos. El recuento de los votos y de los daños se podría extender hasta las primeras horas del jueves. Para Eruviel Ávila resulta clave rescatar la elección en la tierra por antonomasia para residencia del gabinete de Enrique Peña. Perder, se repite en su escritorio, sería inadmisible para la clase política dominante.
Maldonado no era el mejor candidato, justifican frente a una eventual derrota, pero era el que mayores amarres tenía en la cúpula política. Por esas mismas razones, se buscará sacar la votación en la mesa. Hace tres años se perdió Atizapán, Neza y Texcoco. Ahora se suman Naucalpan y Huixquilucan, y así se abriría la puerta para que la oposición se asiente con soltura en sus otrora bastiones. Una forma de frenar el avance es recuperar entre lo perdido. En esta elección, Huixquilucan se ha vuelto la joya de la corona.
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