Toluca, Edomex. 10 de mayo de 2016.- La corrupción ha marcado significativamente al gobierno peñista. La Casa Blanca, Grupo Higa, OHL y otros matices han dejado la sensación de una clase política enriquecida al amparo del poder. El asunto ha pegado a fondo, lo que incluso ha marcado el debate público del resto de las campañas electorales, donde la opinión pública ha presionado para conocer la evolución patrimonial de los candidatos. El Estado de México no será excepción de cara a la elección de gobernador del año entrante.
En medio de la pugna priísta por elegir candidato, es fundamental que el ungido deba pasar por la prueba del ácido corruptor. La evolución patrimonial de la fortuna personal del candidato y sus posibles conflictos de interés deberán zanjarse mucho antes de que sea elegido. La clase gobernante del Estado de México carga con una pesada losa de corrupción, y desde ahí se concentrará el debate de la oposición. La gran incógnita es si los precandidatos priístas están exentos de una fortuna inexplicable desde el ejercicio del poder.
En el fuego amigo, proliferan desde ahora los nexos de los precandidatos priístas con los hombres del dinero corruptor. Desde ahora, Juan Armando Hinojosa es un activo negativo para quienes aspiran a la gubernatura. Lo mismo ocurre con OHL y sus negociones en la entidad. Los Hank y los Alcántara pasan desapercibidos pero son parte de lo mismo. Hombres de negocios, investigados en el extranjero por defraudación fiscal, pero con el manto protector de la impune élite política mexicana, y particularmente la mexiquense.
La oposición no está exenta de corrupción. Sin embargo, el PRI mexiquense deberá cargar con ese lastre a lo largo de la campaña. Desde la riqueza patrimonial del exgobernador Arturo Montiel que le costó la candidatura presidencial, hasta la Casa Blanca de Peña Nieto que arrastró al fondo su aceptación social. El estigma ha obligado a que hoy, otros candidatos priístas en el país, hagan pública su evolución patrimonial y su riqueza personal.
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La relación entre Eruviel Ávila y Antorcha Campesina ha estado marcada por los desencuentros. A pesar de que el movimiento antorchista apoyó a Eruviel desde que era alcalde de Ecatepec para alcanzar la gubernatura, en los últimos años se ha pronunciado un enfrentamiento político. El asesinato ocurrido ayer en agravio de un líder antorchista, agrava los vínculos entre el eruvielismo y el movimiento de Tolentino Román Bojorquez.
En el actual sexenio, fue asesinado Manuel Serrano, padre de Maricela Serrano -esposa de Tolentino y líder del movimiento antorchista mexiquense-. La hipótesis de la familia Román Serrano atribuyó la muerte a un conflicto político. La acusación implicó incluso involucrar al gobierno eruvielista sin mayor argumento que las diferencias entre ambos. Al tiempo, ni Antorcha ni Eruviel han logrado tener entendimiento, lo que ha llevado a que los antorchistas pierdan influencia y poder en el entramado político de la entidad.
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