Toluca, Edomex. 09 de febrero de 2017.- Al interior del Partido del Trabajo hay inconformidad en el proceso electoral en marcha. El acuerdo de coalición con el Partido de la Revolución Democrática no ha sido bien recibido por la militancia petista mexiquense. En particular, Óscar González Yáñez, dueño de la franquicia del PT en el Estado de México ha amagado con desistirse de su coalición con el PRD, en lo que simplemente es un chantaje sin sustento y fuera de toda lógica.
La coalición electoral establecida entre el PRD y el PT a finales del mes pasado, fue signada por la dirigencia nacional petista, por lo que no existe posibilidad que desde las arengas de Óscar González pueda echarse abajo tal alianza. Lo cierto es que tras la alianza entre ambos partidos, en donde se anticipa la postulación del candidato que resulte del proceso interno del PRD, no se observa un beneficio para el PT, ni siquiera en el mediano plazo como pudiera ser una coalición rumbo al 2018 que le otorgue dividendos electorales.
En tanto, es bien sabido que González Yáñez rechaza la posibilidad de que la candidatura sea a favor de Juan Zepeda –avezado integrante de Alternativa Democrática Nacional-. En la víspera de la toma de decisiones, el exalcalde de Metepec ya ha propuesto a dos candidatos ciudadanos, en cuyas posibilidades el PRD simplemente ha sido omiso.
Dos riesgos observa Óscar González como resultado de dicha alianza electoral. Uno de ellos, determina que a pesar de la coalición entre dos partidos puedan sumirse en un atolladero y ocupen el cuarto lugar de la elección de junio, muy detrás de la competencia que encabezan PRI y Morena, y a quienes se podría sumar el PAN con Josefina Vázquez Mota. El segundo problema es que de nada sirvió tanta promoción de Óscar González con espectaculares que prometían energéticos más baratos.
Hasta ahora, González Yáñez no se ha desistido de sus desafortunadas declaraciones. Los espectaculares con su imagen proliferan en el Estado de México. Los foros para armar su plataforma electoral resultaron un desastre, que evidenciaron inconformidad entre su raquítica militancia. Y de no afianzar una alianza electoral que perdure hasta los comicios de 2018, su franquicia electoral que le ha permitido vivir del erario público los últimos 23 años, podría perder el registro como partido, y dejar de recibir sus jugosas prerrogativas.
En el PRD ni se inmutan. Ellos están firmes en su proceso interno. La tribu dominante ha echado a andar la maquinaria en favor de Juan Zepeda. Del otro lado, Javier Salinas sigue buscando una negociación para su Nueva Izquierda sin mucho éxito ni beneficio personal. Mientras que desde una oficina de gobierno del Estado de México, se sigue alentando la disparatada idea que desde un municipio tan pequeño como Capulhuac pueda surgir un candidato a gobernador.
Comentarios a contacto@www.planamayor.com.mx
