Toluca, Edomex. 07 de julio de 2017.- A pesar de sus diferencias con amplios sectores del círculo cercano al peñismo, el gobernador Eruviel Ávila ha logrado colocarse en los afectos de Enrique Peña Nieto durante más de una década. Bajo el manto protector de quien despacha desde Los Pinos, Eruviel logró en once años convertirse en presidente de la legislatura mexiquense, alcalde por segunda ocasión de Ecatepec, mandatario del Estado de México, y eso le da confianza de tener posibilidades en el juego de sucesión presidencial, colocado como el gobernador priísta más influyente del país.
A lo largo de seis años, Eruviel ha debido sortear frentes con el actual secretario de Desarrollo Social, Luis Miranda Nava; lo mismo que con otros personajes como Ricardo Aguilar, que buscaron su defenestración antes de tiempo.
En contraparte, en una operación política permanente, Ávila logró concitar los afectos de otros personajes igual de cercanos e influyentes al peñismo como Luis Videgaray, Aurelio Nuño y Francisco Guzmán, que le permitieron mantener su zona de influencia con el peñismo.
A su favor tiene el triunfo de Alfredo del Mazo en la más reciente elección. Si bien, hace seis años Eruviel fue artífice para arrebatarle la candidatura a Del Mazo nunca abrió un frente personal en su contra. En la víspera, buscó cerrarle el paso con Ana Lilia e Iriarte, pero supo acatar las decisiones de Peña para imponer a Del Mazo como su propio sucesor. La permanencia del priísmo en el Estado de México, le evitará a Eruviel convertirse en el Duarte, Borge, Moreira o Yarrington de la tierra natal del presidente.
Cuando está por cerrar la cortina de su gubernatura, Eruviel tiene el capital político suficiente para afianzar alguna posición en el gabinete peñista, en el priísmo nacional o incluso en algún cargo de elección, aunque no necesariamente la candidatura presidencial.
Un factor que corre en su contra, es un amplio sector de la clase gobernante que recibió malos tratos, y se sintió agraviada pero con el círculo más cercano e influyente de Eruviel. Funcionarios acostumbrados a un alto nivel que fueron desterrados del gobierno mexiquense, víctimas de la soberbia del denominado Grupo Ecatepec, y que buscan cobrarse esas facturas en su retorno al poder que podría suponer el ascenso de Alfredo del Mazo en septiembre próximo.
No cabe duda, a pesar de que el PRI ganó en las urnas el pasado 4 de junio, su gubernatura supondrá un clivaje político para encumbrar a un grupo político distinto al que ha dominado el Estado de México en los últimos 18 años. Ya no serán los montielistas quienes mantengan la hegemonía, tampoco lo será Ecatepec y su grupo de poder político. Eruviel estará más ocupado en su futuro personal que en cuidar una parcela de poder que entiende sólo le fue prestada seis años, y la entregará por completo en menos de 70 días.
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