Toluca, Edomex. 04 de abril de 2018.- Ahí viene la segunda versión de la estrategia “Te lo firmo y te lo cumplo” que catapultó a Peña Nieto de la gubernatura mexiquense a Los Pinos. Ahora, José Antonio Meade ha lanzado su programa denominado “Avanzar Contigo”, con el que pretende entregar certificados de compromiso de apoyo a un indeterminado número de personas. Desde ahí, forjará un censo clientelar de potenciales votantes, con quienes busca comprometerse a satisfacer necesidades básicas: créditos, becas, capacitación, guarderías, transporte público, y demás apoyos asistenciales.
Cada certificado entregado en la campaña llevará la firma del candidato presidencial, y en caso de llegar a Los Pinos, se pretende cumplir con sus compromisos. En paralelo, cada certificado conformará el registro nacional de necesidades de cada persona, anunciado por Meade durante la precampaña. A diferencia de la campaña peñista, aquí no se trata de atender proyectos municipales, regionales o estatales. Los certificados buscan incidir en circunstancias inmediatas y asequibles. El objetivo es acercarse lo más posible a las demandas de las familias y sus electores.
Lo cierto es que el gobierno de Peña Nieto está muy lejos de cumplir con los compromisos de su campaña. En diciembre pasado, cuando completó cinco años de administración, el originario de Atlacomulco reportó haber concretado 106 de 226 compromisos. La cifra apenas representa el 40 por ciento de los compromisos de campaña, cuando restan ocho meses de gestión. Ahí es donde los tramos de control de José Antonio Meade encontrarán sus propios obstáculos. Algunos de plano no podrán cumplirse y quedarán en el tintero.
No es casual que en la campaña presidencial priísta se destaque el apellido del candidato, una imagen colorida y pasen desapercibidos los logos de los partidos de la alianza: PRI, Partido Verde y Nueva Alianza. Meade no se desmarcará de Peña Nieto pero hará todo lo posible para que no lo vinculen al priísmo, al gobierno peñista y a la desaprobación social que lo persigue.
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Las campañas en el Estado de México han comenzado con mucha discreción. El electorado tiene claridad sobre las votaciones, pero no hay interés o conexión sobre el proselitismo de senadores y diputados federales. En general, los candidatos del proceso federal siguen ajustando sus agendas, sus promesas, su oferta política.
La efervescencia electoral crecerá con las campañas locales. Los intereses de las presidencias municipales acercan mayores pasiones a cacicazgos, liderazgos y élites políticas. Ahí vendrá el verdadero acelerador de las elecciones de julio entrante. Para entonces, las tendencias de la contienda presidencial que se disputan Meade, Anaya y López Obrador podrían incidir en las preferencias electorales de la entidad.
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