Toluca, Edomex. 2 de febrero de 2016.- Eruviel Ávila está convertido en un legislador más bajo la encomienda de que se apruebe a la brevedad la iniciativa del Mando Único. Desde la Conferencia Nacional de Gobernadores, los mandatarios ejercerán la presión necesaria para destrabar lo necesario y con ello se avance en la desaparición de más de 1800 policías municipales. Ayer inició el periodo ordinario de sesiones, y en ese lapso legislativo se contempla concretar una iniciativa prioritaria para el presidente, Enrique Peña Nieto.
Aunque el Ejecutivo Federal no presentará una iniciativa preferente para que le sea aprobada en un periodo de 60 días, la instauración del Mando Único podría convertirse en una prioridad de facto. Los gobernadores insisten en homologar procedimientos de capacitación, certificación y equipamiento, sin menoscabo de las implicaciones que en materia de seguridad enfrentarán los municipios. La ruta a favor del Mando Único es irrefrenable.
Los Ayuntamientos deberán repensar sus expectativas financieras, considerando las partidas presupuestales que implica sostener una corporación policíaca, y cómo enfrentarán una eventual y paulatina desaparición de las instituciones de seguridad locales. Tan sólo en el Estado de México, se contempla alrededor de 18 mil efectivos que dejarán de estar facultados para las tareas de seguridad a las que actualmente están asignados. Simplemente no hay suficientes policías estatales para asumir la seguridad del estado.
El empoderamiento del secretario general de gobierno alcanzará un control político absoluto por encima de muchos alcaldes, incapaces de hacer frente a la delincuencia común. El margen de maniobra que implica controlar las policías estatales representa también someter la autonomía de los municipios en su incapacidad por hacerse cargo de la seguridad de su territorio. La solución que tanto se defiende en el horizonte inmediato podría tener consecuencias gravísimas en el plazo mediato.
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Olga Hernández, exalcaldesa de Zinacantepec, fue premiada con un cargo menor en el gabinete de Eruviel Ávila. Fue nombrada durante el fin de semana como directora general de Educación Básica. Con un desempeño sin grandes logros ahora fue incorporada a los cambios recientes en la Secretaría de Educación estatal. Con nula trayectoria en el ramo educativo, Olga Hernández ha recuperado su estatus como parte de la nómina del erario público.
Todo queda en familia. Olga Hernández es esposa de Marco Antonio Esquivel Martínez, Contador General Gubernamental. Su hija es la diputada federal, Olga Esquivel Hernández. Entre los tres ocupan posiciones de privilegio que confirman la dinastocracia que actualmente conforma la clase gobernante de la entidad, donde el único mérito parece ser el “derecho de sangre”.
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