Toluca, Edomex. 01 de junio de 2017.- Alfredo del Mazo debió esperar seis años en la antesala electoral. En marzo de 2011, declinó obligadamente por las circunstancias a favor de Eruviel Ávila a la candidatura priísta a la gubernatura mexiquense. El próximo domingo, Del Mazo enfrentará su mayor desafío electoral, para preservar el poder o entregarlo vergonzosamente. Como nunca antes, el priísmo admite la amenaza de la derrota, ya sea por la desaprobación del peñismo, el hartazgo partidista o la malaria delmacista en elecciones; o quizá todos los elementos juntos en los comicios más competidos.
En ese mismo año, en 2011, Delfina Gómez era una profesora de primaria en su natal Texcoco. Un año después, la maestra Delfina fue invitada por Higinio Martínez para contender por la alcaldía texcocana, abanderando la causa de Movimiento Ciudadano. El partido Morena de López Obrador todavía no existía. Con apoyo de élites políticas del PRI, incluida Antorcha Campesina, Delfina Gómez ganó la elección en contra del priísta Manuel Cadena. A la distancia, Gómez se convirtió en diputada federal en 2015, al igual que su rival Del Mazo. Hoy Delfina sueña con la posibilidad de derrocar al Grupo Atlacomulco.
En ese caótico 2012, el PRD buscaba recuperar la alcaldía de Nezahualcóyotl, cuyo bastión había entregado en la elección de 2009. De la mano de Juan Zepeda, el perredismo regresó a la presidencia municipal de Neza. Con el arropo de Alternativa Democrática Nacional, Zepeda erigió su propio liderazgo para incrustarse como diputado local plurinominal y coordinador del PRD en la legislatura mexiquense. Con una campaña desafiante, ha tenido un crecimiento sostenido, y ya piensa con dirigir al PRD nacional en los próximos meses.
En la misma elección de 2012, Josefina Vázquez Mota sufrió del abandono panista y el sueño de su candidatura presidencial terminó en pesadilla. Tras dos sexenios como secretaria de Estado en los gabinetes de Fox y Calderón, Vázquez Mota optó por el autoexilio político. En esta nueva aventura, Josefina anticipa una nueva y dolorosa derrota. El panismo mexiquense no tendrá capacidad de ganar una elección polarizada, y hasta ahora, reservada para PRI y Morena.
Los resultados electorales del Estado de México tendrán como corolario algunas proyecciones políticas rumbo a la elección presidencial del año entrante. El PRI que apenas recuperó el poder presidencial, podría tener en el Estado de México su última esperanza de resucitar, o bien, conformarse con el mayor granero electoral para los próximos seis años. Morena apuesta a dar pasos agigantados para que Andrés Manuel se instale en Palacio Nacional en su tercer intento presidencial.
Hasta ahora las encuestas han proyectado muy poco sobre la participación de votantes, pero los escenarios posibles advierten que sólo saldrán a votar el 42 por ciento de electores. Seis de cada diez mexiquenses han decidido que no irán a las urnas. Quien gane podría conseguir apenas el voto de uno de cada diez electores. La ausencia de legitimidad será una complejidad en la gobernabilidad de quien gane el próximo domingo y reemplace a Eruviel en septiembre.
Comentarios a contacto@www.planamayor.com.mx
