Toluca, Edomex. 01 de mayo de 2018.- José Antonio Meade visitará otra vez el Estado de México. El candidato priísta asistirá a Coacalco, no precisamente un municipio simbólico en el entramado político mexiquense, en un desdén a bastiones emblemáticos como Atlacomulco, San Felipe del Progreso, Naulcapan y hasta Tlalnepantla. No sólo eso, Coacalco es marcado por una clase política impresentable. David Sánchez Isidoro debió renunciar a la candidatura a la alcaldía quien está inhabilitado por un desacato judicial. Nacho Pichardo eligió un escenario poco favorable para su candidato presidencial.
Meade reaparece en la tierra natal de Peña Nieto, en dos momentos cruciales de su campaña: sus aliados electorales (PVEM y PANAL) se resquebrajan en una batalla con el priísmo mexiquense y le regatean el triunfo delmacista; y su equipo de campaña se tambalea, ante los rumores de que Ochoa y Nuño han fracasado en su debut electorero y serán removidos en el transcurrir de las horas. Ambos, eran inexpertos en el control del partido y el manejo de una campaña, frente a un candidato neófito: ahí están los resultados, tercer lugar de las preferencias electorales. El PRI es factor, pero el equipo de campaña de Meade parece ser parte del problema, y no de la solución.
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En la acera de enfrente, Andrés Manuel López Obrador también pisará tierras mexiquenses. El sábado 5 de mayo entrará al principal bastión perredista, Nezahualcóyotl. Ahí, Morena busca incrustarse con fuerza como parte del movimiento izquierdista. Se trata del segundo municipio con mayor densidad poblacional, y con un electorado abundante y de condiciones marginales. Andrés Manuel ha seducido en los últimos años a decenas de perredistas, originarios de Neza que han emigrado y sido cautivados al andamiaje de Morena. De ahí surge la importancia de visitar la zona oriente del Estado, y sopesar su músculo electoral.
En el transcurso de la semana entrante, el tabasqueño retornará al Estado de México; el martes 8 de mayo visitará Huixquilucan -caracterizado por una alta presencia de la clase gobernante identificada con el priísmo, incluido el gobernador, Alfredo del Mazo-; además, ese mismo día, López Obrador estará presente en el Valle de Toluca, específicamente en la capital mexiquense y Lerma, donde Andrés Manuel pudiera dar una de sus campanadas electorales. El miércoles 9 de mayo acudirá a Jilotepec, donde predomina el «voto verde» del priísmo cercano a Atlacomulco.
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Los tiempos electorales han entrado a una etapa definitoria y de incertidumbre. Conforme se aproxima la veda electoral por los comicios locales, los gobiernos y los partidos, sin distingo, apresuran la entrega de programas asistenciales. En la Legislatura sigue la indefinición sobre los programas que deberán suspenderse el tiempo de las campañas, pero por mientras el clientelismo partidista se aprovecha de las necesidades, de la marginación y de la pobreza que impera en el cincuenta por ciento de la población. El Instituto Electoral es omiso y permisivo. Luego vendrán las quejas poselectorales, cuando los resultados ya hayan sido contaminados por esa injerencia gubernamental.
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