Toluca, Edomex; 1 de abril de 2020.- Se ha ido el primer trimestre del año. Políticamente muy poco qué destacar. El mes que transcurre será de una profunda parálisis por la emergencia sanitaria que enfrenta el país y el estado. Para los gobiernos estatal y municipales, lo más complejo vendrá hacia la segunda mitad del año, cuando se resienta la crisis económica, y en consecuencia una baja en los ingresos financieros. El panorama es desolador.
En los próximos días, las oficinas gubernamentales confirmarán lo inevitable: regresarán a la normalidad hasta el mes de mayo. Ahí deberán sumarse instancias como el Tribunal de Justicia Administrativa y el Órgano Superior de Fiscalización. Los plazos legales y administrativos se recorrerán para el desahogo de audiencias y demás consideraciones oficiales. Los exalcaldes y los actuales presidentes municipales tendrán más tiempo para responder por sus inconsistencias.
En distintas instancias educativas ya se han profundizado las actividades académicas en línea. Lo cierto es que, en las comunidades más alejadas y desprotegidas, resulta impensable que sus maestros y sus alumnos tengan condiciones para tener acceso a una computadora e internet. El ciclo escolar en las zonas más marginadas del estado está en riesgo de perderse. Las condiciones de desigualdad social se agudizan desde la preparación escolar.
La capacidad institucional de los gobiernos municipales ha quedado rebasada. En algunos ayuntamientos sólo han invertido en labores de limpieza del espacio público. En otros más, han decidido suspender las actividades no esenciales. El resguardo domiciliario de su personal como medida preventiva. Los menos, han lanzado campañas de estímulos fiscales para el pago de predial y agua potable. Muy pocas acciones para atender la emergencia entre la población en general.
La obra pública está detenida. Los recursos financieros se han retrasado. Los municipios están paralizados para iniciar los procesos de licitación. Y la emergencia sanitaria impide arrancar con los trabajos de construcción. El círculo vicioso impacta en una desaceleración económica. El riesgo posterior es que los municipios incurran en subejercicios o que no tengan tiempo de concluir su plan de obra antes del mes de diciembre, previo a su segundo informe de gobierno.
Los priístas como acostumbran, le han apostado a la política clientelar. Los regidores de oposición pretenden regalar insumos a sus estructuras electorales. En Toluca mediante el reparto de despensas. En Metepec, su par de regidores regalando una botella de cloro y un jabón en barra para atender la contingencia.
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