Toluca, Edomex, 1 de febrero de 2024.- Los partidos políticos guardan con sigilo los nombres de sus candidatos a diputados federales, a pesar de que ya concluyeron las precampañas federales; y trabajan con la misma cautela la postulación de quiénes serán candidatos a alcaldes y diputados locales. Las dirigencias partidistas buscan evitar que aquellos actores políticos que no resulten elegidos se sumen a la lista de tránsfugas y sean incluso candidatos por sus adversarios. El pretexto que asumen los partidos es la paridad de género, pero en las élites del poder las candidaturas están definidas.

Ayer 31 de enero, la dirigencia nacional de Morena se había comprometido anunciar los candidatos a diputados federales. Sin embargo, Mario Delgado volvió a aplazar estas definiciones hasta la próxima semana. En la repartición de candidaturas, también queda pendiente por conocer los listados de candidatos a senadores y diputados federales plurinominales; ahí también se podrá conocer el peso político que otorgarán al Estado de México, y muy particularmente al grupo de la gobernadora Delfina Gómez. Si la entidad mexiquense será el principal semillero de votos, eso deberá reflejarse en el trato electoral que otorgue Morena a la clase política mexiquense.

Ahora bien, en la convocatoria del proceso electoral local, Morena había determinado inicialmente que sería el 10 de febrero cuando daría a conocer su lista de precandidatos. Desde el mes de diciembre, advirtió que había muchos registros y la posibilidad de ruptura, por lo que decidió aplazar la definición de sus precandidaturas hasta el 26 de febrero, cuando ya el resto de los partidos haya elegido a sus postulaciones, y sea prácticamente imposible que los inconformes salten a otras opciones partidistas.

En el caso del PRI ocurre un caso semejante. De acuerdo a su convocatoria de diputados federales, cuyo registro ocurrió desde el pasado 17 de enero, se debió dar a conocer en estrados digitales su lista de candidatos desde el pasado 24 de enero, lo cual simplemente no sucedió. Todavía el 25 de enero, la Comisión Política Nacional validó su proceso de selección con base en un listado que permanece oculto. La omisión de la dirigencia nacional -y legitimado por sus comités estatales- reflejan que los procesos internos se realizan bajo imposiciones oscuras. No respetan sus estatutos ni las reglas impuestas en sus propias convocatorias.

El periodo de precampañas electorales locales vence en nueve días, y el priísmo mexiquense no ha emitido siquiera la convocatoria para elegir a sus candidatos a alcaldes y diputados locales. A la clase política priísta le ha pasado de noche los municipios otorgados al PAN y al PRD en sus convenios de alianza electoral; pero simplemente no resulta alentador ser priísta en municipios como Atizapán de Zaragoza, Cuautitlán Izcalli, Villa Guerrero o Villa de Allende, donde el partido ha sido destinado a su extinción. Hace tres años no tuvieron candidaturas, y el escenario se repite para este 2024.

A nivel federal, se sabe que la coalición electoral del PRIAN se ha extendido a los 40 distritos electorales, sin embargo, hasta el momento se desconoce qué partido político encabecerá cada una de las demarcaciones electorales. Todo lo que priva es la incertidumbre para los aspirantes, aunque se advierte que en los acuerdos cupulares, ya las dirigencias partidistas han repartido hasta las candidaturas. Ante tanta opacidad, el mayor lastre es para los votantes que muestran su apatía, y terminan por decidir no ir a votar. Ahí se puede explicar los altos grados de abstencionismo de cada elección.

En el PAN tampoco se han emitido las convocatorias de los procesos internos, pero derivado de los convenios de coalición, en la mitad de los municipios mexiquenses el panismo tampoco existe; porque no presentará candidatos a alcaldes o diputados locales. La única apuesta panista es conservar el otrora corredor azul, hoy convertido en su bastión electoral.