El emporio del mexiquense Carlos Hank Rhon tiene la mira puesta en invertir poderosamente en infraestructura que promueva el gobierno federal. El objetivo del Grupo Financiero Interacciones es participar con 2.9% del financiamiento total anunciado por la administración de Enrique Peña Nieto. La cifra estimada ronda de los 90 mil a 102 mil millones de pesos para el periodo 2013-2015. Una cantidad nada despreciable.
El hankismo siempre fue benefactor de las grandes obras del peñismo en el Estado de México. Apenas el lunes 22 de julio, Carlos Hank Rhon y Enrique Peña se reencontraron en Palacio Nacional, en un evento sobre la Formalización del Empleo. Su cercanía es innegable. Ambos, parte del Grupo Atlacomulco, fueron precandidatos a gobernador en 2004, cuando el hijo del profesor declinó a favor de Peña Nieto, hoy instalado en Los Pinos.
Actualmente, el consorcio fundado por el profesor de Santiago Tianguistenco, es administrado por Carlos Hank González –mismo nombre de su abuelo-, quien además es nieto de Roberto González, alias “El Maseco”. Hank González también es heredero de la empresa de la tortilla más poderosa del país. Los capitales se han conjuntado, y se han fortalecido con el tiempo. Y si los astros no mienten, éste es su sexenio.
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Aun cuando el gobierno peñista no ha presentado una iniciativa formal de reforma energética, el gobernador priísta Eruviel Ávila se mostró a favor de impulsarla, con la finalidad de incentivar la competitividad para mover a México hacia la prosperidad y desarrollo. El planteamiento lo realizó a través de un artículo publicado en el periódico El Universal, y muy temprano ratificó su postura, a través de un muy difundido comunicado de prensa.
Pese a la inexistencia de una propuesta priísta formal, el mandatario mexiquense subrayó que el petróleo y Petróleos Mexicanos siempre serán de los mexicanos y lo que se busca con “dicha reforma” es tener un sector energético más fuerte y productivo. De avanzar en la reforma, augura según datos del IMCO, México crecería al menos 1.7% más, y lo más significativo es que se generarían 310 mil 230 empleos adicionales por año.
Ávila, sin embargo, da pinceladas sobre la participación de inversión privada en Pemex, lo que denomina como “alianzas estratégicas”, las que permitan obtener los recursos de aguas profundas y complementar las funciones de Pemex en la exploración de nuevos campos y extracción de recursos, además de cooperar en actividades secundarias de refinación y transporte de hidrocarburos. Al final, insiste que no se privatiza, puesto que el Estado mexicano mantendría la rectoría sobre los recursos naturales.