Toluca, Edomex. 27 de noviembre de 2014.- A Juan Armando Hinojosa le siguen lloviendo profundas dudas de su muy cercana y ya innegable relación personal con el presidente Enrique Peña Nieto, lo que supondría un severo conflicto de interés en los contratos millonarios obtenidos por el empresario por parte del gobierno tanto del Estado de México como de la República, en el tiempo en que el atlacomulquense sostuvo su vertiginoso ascenso al poder. Hinojosa ha tenido jugosos y millonarios negocios durante la última década, a partir de su relación con Peña Nieto.
Primero fue la Casa Blanca, una residencia de 54 millones de pesos, propiedad de la actriz Angélica Rivera, cuya construcción estuvo a cargo de grupo Higa, de Juan Armando Hinojosa. Ayer se dio a conocer, que Peña Nieto ocupó durante la campaña presidencial y el periodo de transición, una casa – habitación de Hinojosa, la cual ocupó como oficinas alternas en la suntuosa zona de Lomas de Chapultepec. El apoyo decidido de Juan Armando a Peña Nieto, y su inmediato beneficio como contratista y proveedor del gobierno federal, supone un conflicto de interés nada deseable para un gobierno que se asume como transformador y reformista.
Es tiempo de que el presidente Peña Nieto retome el control de su agenda, que parece rebasada ya sea porque concluyó la etapa de las reformas o por el momento de crisis que padece su gobierno. Hasta ahora, la comunicación política ha actuado de forma reactiva, frente a la emergencia y la crisis. Lo peor, es que la agenda pública desde hace meses ya no pertenece ni está bajo control del gobierno en turno. La sociedad civil y los poderes fácticos han resurgido y han ocupado los espacios vacíos que ha dejado el gobierno.
Hoy jueves, se prevé que Enrique Peña haga un anuncio para hacer frente a la crisis de violencia que sacude al país. Entre reformas, encomiendas, acciones, alianzas y una amplia convocatoria, el mexiquense pretende retomar credibilidad, conciliación con los grupos de interés y posicionar un discurso propio. Sin embargo, parece una reacción tardía, donde amplios sectores de la sociedad exigen cambios al gabinete. Pero el pragmatismo de Peña parece que por ahora se guardará los cambios, tanto como Mejía Barón en el Mundial de Fútbol del 94.
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Laura Barrera ayer fue nombrada coordinadora de los diputados federales del PRI mexiquenses. Se convierte en la tercera coordinadora de la actual legislatura, luego del fugaz paso de José Manzur Quiroga y Alberto Curi, quienes ya abandonaron su cargo legislativo. El ungimiento de Barrera tiene el visto bueno de Los Pinos y de las oficinas de Lerdo 300, pero particularmente su vinculación con el montielismo. La carrera política de la legisladora por Metepec resulta inexplicable sin el arropo del exgobernador Arturo Montiel.
No resultaría extraño que Barrera Fortoul también deje inconclusa su encomienda en San Lázaro, para buscar algún cargo en las elecciones del año entrante. Aunque parece claro que la candidatura priísta a la alcaldía de Metepec es un espacio reservado para David López Cárdenas. En el escenario de Laura está emigrar a una diputación local. La exsecretaria de Turismo hace un buen rato que ya no reside en Metepec. Ha cambiado su domicilio a la capital del país desde que se casó con el empresario Luis Maccise, pero en lo electoral, todo es política ficción. Y Laura podría competir por la diputación local de Metepec.
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