Redacción
Distrito Federal. 27 de noviembre de 2014.- Un par de activistas hondureños dedicados a la defensa de migrantes centroamericanos fueron asesinados el pasado domingo, presuntamente por el crimen organizado en Texquiquiac, Estado de México, luego de asistir al basurero municipal para distribuir alimentos gratuitos y dar primeros auxilios a centroamericanos que viajan en “La Bestia”.
En conferencia de prensa, el padre Pedro Pantoja, director de la Casa del Migrante Belén, localizada en Saltillo, Coahuila denunció dicho homicidio ocurrido a mansalva, del cual responsabilizó al Estado mexicano por no haberles brindado protección, pese a que habían recibido amenazas del crimen organizado.
Los hombres acribillados fueron identificados como Adrián y Wilson, de origen hondureño, quienes sufrieron un ataque a balazos por “dos o tres hombres” que ya los esperaban afuera de la casa de Adrián, tras acudir al basurero municipal de Tequixquiac.
“El caso de los hondureños se suma a los ataques que sufren cada día los activistas, en especial aquellos que defienden a los migrantes ante la inoperancia de órganos del Estado, como el Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Migrantes”, denunció el padre Pedro Pantoja.
Por su parte, Jorge Andrade y Andrea González, integrantes del Colectivo Ustedes somos Nosotros, informaron que los hondureños formaban parte del voluntariado que trabaja con su organización, a la que se unieron después de que los tres albergues en los que daban asistencia a migrantes cerraron sus puertas por amenazas del crimen organizado y el hostigamiento de vecinos y autoridades municipales.
Denunciaron que otros cuatro protectores de migrantes han sido asesinados y seis defensores cuentan con medidas provisionales de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Adrián tenía seis años como voluntario, entregando alimentos a migrantes, y Wilson renunció a su deseo de llegar a Estados Unidos para apoyar al primero.
Los hechos ocurrieron el pasado domingo, cuando un grupo de sicarios disparó en contra de Adrián, quien recibió tres impactos de bala y perdió la vida mientras era trasladado en la ambulancia. Wilson, con cinco balazos en el cuerpo, sobrevivió alrededor de 10 horas y falleció en el hospital la madrugada del lunes 24.
En febrero pasado “un grupo de maras intentó asaltar a 20 migrantes que estaban en el basurero, quienes se armaron de valor, se defendieron, retuvieron a uno de ellos (los maras) y lo entregaron a la policía, que lo dejó libre antes de llegar al Ministerio Público”.
De tales acontecimientos, Adrián y Wilson fueron testigos, quienes presentaron una denuncia ante la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) y dieron parte a la Comisión Estatal de Derechos Humanos del Estado de México (CEDHEM).
Por tanto, Jorge Andrade responsabilizó a autoridades federales y estatales de la muerte de los dos voluntarios porque “no hicieron caso de las amenazas que habían recibido por escrito y en sus celulares. No investigaron a los grupos del crimen organizado que intimidaron y amenazaron a los integrantes del Colectivo que nos obligaron a cerrar albergues y comedores en el Estado de México”, apuntó.
El padre Pedro Pantoja detalló que actualmente 66 albergues de migrantes se encuentran bajo amenaza del crimen organizado, “que ven en quienes dan de comer o aliento a los migrantes para que continúen su camino, una amenaza de su negocio de muerte y dolor, porque ellos ven a los migrantes centroamericanos como mercancía”.
El sacerdote denunció que tanto migrantes como sus defensores son víctimas del crimen organizado y de las autoridades de los tres niveles de gobierno, que están coludidas con las bandas delincuenciales.
