Toluca, Edomex. 13 de noviembre de 2014.- Alfredo Castillo aspira a convertirse en el próximo Procurador General de la República. Por tal razón, junto con su primo, exdiputado local y consejero jurídico de Presidencia, Humberto Castillejos, han comenzado a tenderle la camita a Jesús Murillo Karam, aprovechando la coyuntura del caso Ayotzinapa y la desafortunada intervención discursiva del exgobernador hidalguense de los últimos días. Las intrigas palaciegas se han acrecentado ante lo que parece inminente: cambios en el gabinete de Enrique Peña.
Desde el inicio de la actual administración, Jesús Murillo fue nombrado titular de la PGR, mientras que Alfredo Castillo fue designado subprocurador. En esa relación laboral nunca hubo entendimiento. Apenas Castillo pudo encabezar la indagatoria en contra de Elba Esther Gordillo, para después salir de la PGR por sus diferencias con Murillo y reemplazar al mexiquense Humberto Benítez, defenestrado de la Profeco por el infortunio de su hija. El exgobernador de Hidalgo se deshizo de Alfredo que sólo se había convertido en una piedra en el zapato.
A la vuelta de los meses, Alfredo Castillo es actualmente comisionado en Michoacán, pero entiende que esa encomienda es temporal. La comisión podría desaparecer una vez que concluya el proceso electoral para renovar la gubernatura michoacana en julio próxima. En esa circunstancia, el exprocurador mexiquense busca la alternativa de erigirse como el titular de la PGR, y para ello, desgastar con celeridad a Murillo Karam, quien achaca desde hace más de un año problemas de salud, en la medida que se evidencia que el encargo lo ha rebasado.
Desde la consejería jurídica, Humberto Castillejos -primo de Alfredo Castillo- ha mermado las facultades del titular de la PGR, y lo ha llevado del desgaste a la confrontación. Peña Nieto, por su parte, es un hombre de amplio pragmatismo que debe tomar decisiones inmediatas. Entre las medidas que muchos advierten como insostenibles será prescindir tarde que temprano de Murillo. Y en medio de esa coyuntura, Alfredo Castillo puede resultar el más beneficiado.
El grupo Hidalgo es quien se quebranta frente al caso Ayotzinapa. La desaparición forzada de estudiantes, y la hipótesis de su muerte, hoy enfrenta la desazón no sólo de la PGR a cargo de Murillo, sino también de Osorio Chong en la secretaría de Gobernación. Osorio ha optado por el bajo perfil, la política de la avestruz, y dejar que el costo político lo asuma por completo Murillo. Los hidalguenses padecen severamente el desgaste en el ejercicio del poder.
Nadie sabe para quien trabaja. Mientras Alfredo se asume como un hombre cercano a Luis Miranda, y en paralelo podrían incidir en el desgaste tanto de Murillo como de Osorio, en el fondo el más beneficiado sería un hombre confrontado con Miranda desde la gubernatura mexiquense de Peña Nieto. Y es que si cae Murillo y se agudiza la crisis en Gobernación, quien ríe al último es Luis Videgaray, y también ríe mejor.
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