Toluca, Edomex. 1 de agosto de 2014.- Falta exactamente un mes para que el presidente Enrique Peña Nieto rinda su segundo informe de gobierno. Se habrá ido entonces una tercera parte del mandato del mexiquense. Y para entonces, muchos vaticinan que comenzará la reconfiguración de su gobierno, y particularmente podrían ejecutarse los primeros cambios en el gabinete del mexiquense. Habrá concluido en gran parte el pago de facturas que implica el ascenso al poder político en Los Pinos.
A 20 meses de haber asumido el poder, Peña Nieto ha consolidado las reformas estructurales. Ese, como lo hemos aquí dicho antes, será el principal logro enunciativo del mexiquense en su segundo informe de gobierno, considerando la aprobación de la legislación secundaria que avanza aceleradamente. El gran interlocutor de la reforma energética se llama Luis Videgaray, que es en esencia el gran ideólogo neoliberal que acompaña al peñismo.
A la distancia habrá que preguntarse quién ha ganado más con las reformas. En el fondo, Peña ha sido criticado de subastar al país y mantener los robustos monopolios; en tanto que el PAN ha presumido una victoria ideológica por la apertura energética; mientras que del PRD ha recibido una profunda crítica por su acomodaticia actitud y su muy tímido rechazo a las reformas de la derecha.
También hay claridad en que Peña Nieto comenzará a delinear sus objetivos electorales rumbo a los comicios intermedios de 2015. Las figuras de su gabinete que enfrenten las urnas sortearán un gran examen en una especie de referéndum hacia el actual gobierno federal. Otro que tendrá su prueba de fuego es César Camacho en calidad de dirigente nacional del PRI. Será la gran apuesta de la maquinaria de Atlacomulco para el país.
Tan importante es la elección intermedia, que basta recordar que en 2009, Peña Nieto mando a las urnas a quienes años más tarde se convertirían en los precandidatos a la gubernatura mexiquense. Es decir, de los resultados del próximo año y las definiciones de empoderamiento en su gabinete, también puede irse bosquejando la baraja sucesoria del 2018, que hasta ahora parece reducida a Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray Caso.
Aunque sin una fecha definida para rendir su informe de gobierno, Eruviel Ávila también atravesará por su tercer informe de gobierno, en lo que será el recorrido de la mitad de su gobierno. Eruviel también deberá tener en el escenario político los comicios intermedios del año entrante, pero además la fase preparatoria de su sucesor, cuyos comicios están contemplados en 2017, y en la antesala de la sucesión presidencial. Hagan sus apuestas.
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