Redacción
Toluca, Edomex. 12 de noviembre de 2014.- Mientras el equipo de peritos forenses argentinos descartaron ayer que los cuerpos localizados en fosas de Iguala y Cocula, correspondan a alguno de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos el 26 de septiembre pasado, la Procuraduría General de Justicia del Estado de México confirmó que cuatro de los cadáveres ahí localizados corresponden a miembros de una familia avecindada en el municipio de Chalco.
El procurador de justicia estatal, Alejandro Gómez Sánchez indicó este martes en conferencia de prensa, que la Procuraduría General de la República le ha confirmado que cuatro cadáveres localizados en fosas de Iguala son de vecinos mexiquenses que desaparecieron en Guerrero en agosto pasado, cuando iban a un funeral precisamente a Iguala, donde fueron detenidos en un retén.
El viernes pasado, el procurador general de la república, Jesús Murillo Karam informó que la esposa y madre de dos de las víctimas presentaron una denuncia por desaparición, pues el último contacto que tuvo con sus familiares fue a través de una llamada telefónica cuando estaban en una revisión en un retén, presuntamente de la policía municipal de Iguala y a partir de ahí no se supo más de ellos.
Ayer, en una entrevista con Cadena tres, esta mujer reveló la identidad de las cuatro víctimas: su esposo Gildardo Lagunas de 51 años; su hijo Luis Alfredo, de 21; sus primos Marlene Hernández, de 28, y José Luis Cruz, de 29 años, quienes iban a Iguala al velorio de su abuelo.
Luego de la llamada el pasado 12 de agosto, dijo, no se supo nada más de ellos. “Viaje a Iguala para indagar si estaban detenidos pero nadie dio razón de su paradero, nadie los había visto, ni tampoco en la camioneta en la que viajaban”, dijo la mujer avecindada en Chalco. Después acudió a otras dependencias y tampoco tuvo respuesta, por lo que inició una denuncia por la desaparición de los cuatro.
Semanas después le solicitaron muestras de ADN para compararlas con cadáveres de desconocidos en el semefo y finalmente hace diez días, la contactaron para informarle que las pruebas dieron positivas con dos de los cadáveres localizados en las fosas de Cerro Viejo en Iguala. Posteriormente identificó a sus sobrinos.
Ahora, la mujer lucha porque le devuelvan los cadáveres, pero esto no ha sido posible por la infinidad de trámites burocráticos que se tienen que realizar.