Israel Dávila
Toluca, Edomex 16 de septiembre del 2018.- Las notarías en el Estado de México se han convertido en un negocio familiar. Al menos eso ha ocurrido en por lo menos una docena de ellas, donde los padres, sin rubor alguno, y con la complacencia y anuencia de las autoridades, las han heredado a los hijos.
La vía es sencilla. Primero los notarios titulares con edad avanzada, solicitan licencia al cargo por periodo de un año. La autoridad, en acuerdo con el notario, nombran a un sustituto para que ocupe el cargo de manera temporal, y al término del año, el titular regresa al frente de la notaría.
Con ello, los que fungieron como suplentes solventan el requisito legal para poder, en un futuro, ser designados como notarios titulares, sin haber pasado o acreditado por un examen de oposición.
El año pasado, a unos días de abandonar el cargo de gobernador, Eruviel Ávila Villegas pactó con varios notarios, las licencias de estos para separarse del cargo durante 12 meses, con la condición de que sus hijos quedaran el frente del negocio. Así, se publicó el 8 de septiembre del 2017, en el periódico oficial Gaceta de Gobierno, los acuerdos firmados por el entonces gobernador Eruviel Ávila para que 8 notarios se fueran de licencia un año y dejaran a los hijos como encargados del despacho.
Por ejemplo, en la notaría 10 con sede en Chalco, Liliana Mendoza Herrera, suplió en el cargo a su papá Roberto Mendoza Nava, quien se viene desempeñando como fedatario público desde 1981.
La notaría 68, en Toluca estuvo encabezada por la joven Ivonne Libién Ávila, quien suplió temporalmente en el cargo a su papá, Franklin Libién Kaui, quien ocupa el cargo desde 1977.
En la notaria 70 con sede en Atizapán, José Luis Vázquez Pozo, fue notario provisional y suplió durante un año a su padre Salomón Vázquez Varela.
Luz María Franco Ortiz también suplió a su papá Andrés Franco Espinoza como responsable de la notaría 77 en Otumba y Arturo Santín Quiroz, entró al relevo de su papá René Santín Villavicencio en la notaría 97 de Valle de Bravo.
Francisco Arce Arellano, concluyó esta semana su encargo como notario provisional en la notaría 121 en Tejupilco, que ahora encabeza su papá, Francisco Arce Ugarte, tras la licencia que solicitó por un año.
En Ixtapaluca, Martha Montserrat Maldonado Farías estuvo al frente de la notaría 127, en lugar de su papá Francisco Maldonado Ruiz, exdirigente estatal del PRI, quien también pidió separarse del cargo durante un año.
En los días recientes, concluyeron las licencias que se otorgaron hace un año, y quienes heredaron temporalmente el negocio, ahora ya tienen la puerta abierta para que, en futuro, puedan ser notarios titulares, según la Ley del Notariado del Estado de México.
De acuerdo con este ordenamiento, para ser notario se establece, entre otros requisitos haber aprobado un examen de oposición, pero esto se puede solventar habiendo sido notario provisional durante un año.
También hace unos días, se otorgó licencia a Miguel Ángel Antonio González Ysita como notario 51 con sede en Tenancingo, y en su lugar, al frente de la notaría quedó su hijo José Antonio González Moreno.
La práctica no es nueva, pues hace algunos años, ya se han dado casos que los hijos literalmente han heredado el negocio que durante décadas encabezó el padre. Así ocurrió con Evelyn Rocío Lechuga Gómez, quien hace dos años asumió la titularidad de la notaría 15 de Toluca, que durante más de 25 años encabezó su papá, Carlos Lechuga.
