Redacción
Ciudad de México, 18 de julio de 2019.- Joaquín “El Chapo” Guzmán pretendía construir un segundo túnel en el penal de máxima seguridad del Altiplano, localizado en Almoloya de Juárez, una vez que ya había sido recapturado el 8 de enero de 2016.
El segundo túnel que mandó hacer el narcotraficante sentenciado a cadena perpetua ayer en Estados Unidos, fue detectado en la periferia del penal federal del Altiplano.
Por esa razón, se aceleró el traslado del narcotraficante al penal de máxima seguridad de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde posteriormente fue extraditado a los Estados Unidos, en cuyo proceso judicial fue sentenciado ayer miércoles a cadena perpetua más treinta años de prisión.
Conforme a versiones periodísticas, Eduardo Guerrero, asesor penitenciario de Nuevo León, la recomendación inicial fue la de no internar al líder del cártel de Sinaloa en el Altiplano, penal del que ya había escapado.
Antes de descubrir la construcción, las autoridades del Altiplano percibieron ruidos y patrones sospechosos en la conducta del Chapo detectados a través de las cámaras de vigilancia en su celda.
Entre estos patrones está el que continuamente iba al sanitario y en varias ocasiones jalaba la manija del excusado, ante esta conducta sospechosa realizaron estudios del suelo en la cárcel, que ayudó a detectar que ya existía una segunda excavación.
La fuga de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera en julio de 2015, de la prisión federal de alta seguridad de El Altiplano, en Almoloya de Juárez, fue coordinada por Emma Coronel, esposa del capo, y cuatro de sus hijos.
De acuerdo al narcotraficante mexicano Dámaso López Núñez, alias ‘El Licenciado’, quien declaró como testigo en el juicio del Gobierno de Estados Unidos contra Guzmán en una corte federal en Brooklyn, antes de que se concretara la fuga, sostuvo varias reuniones con Coronel y cuatro hijos de Guzmán Loera, entre 2014 y 2015, en las que planearon la compra del terreno localizado cerca del penal federal, así como la construcción del túnel por el que se fugó el capo.
El 8 de julio de 2015, ‘El Chapo’ escapó a través de un túnel de 1.500 metros de longitud de la prisión de El Altiplano, donde llevaba recluido más de un año. El 8 de enero del año siguiente, fue recapturado por la Marina mexicana en un operativo especial en Sinaloa.
La primera fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera se registró el 19 de enero de 2001, a casi 9 años de haber sido capturado en Guatemala, y evidenció la vulnerabilidad y lo corruptible del sistema penitenciario.
Fue encarcelado en el penal de Almoloya de Juárez, y ante un intento de fuga, se le trasladó al reclusorio federal de Puente Grande.
Para escapar, «El Chapo» Guzmán se ocultó en un carro de lavandería, entre sábanas sucias, y se cubrió con un colchón, encima de éste se colocaron más prendas y aparatos electrodomésticos; fue empujado por el empleado de mantenimiento del centro de reclusión, Francisco Javier Camberos Rivera ‘El Chito’, quien cruzó por áreas en la que el sistema eléctrico de apertura de accesos y las cámaras de circuito cerrado de televisión no funcionaban.
Eran las ocho de la noche cuando el carrito azul de lavandería pasó la primera revisión, por parte del custodio Francisco Javier Vásquez Cortés, encargado del servicio del diamante V7, quien sabía que el empleado sacaría un horno de microondas y otros aparatos electrónicos, por lo que, según declaró, no le extrañó que hiciera esfuerzos para empujar el contenedor.
